Matacholos

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“Dios prefiere al hombre que elige hacer el mal,

antes que al hombre que es obligado a hacer el bien.”

¿Por qué lo hacían?

Ya eran demasiados, usted lo sabe. Salían cada noche y estábamos cansados de su actitud de mierda. Se creían los dueños de las calles y no respetaban a nadie. La verdad, lo hacíamos por placer pero también por necesidad. No me dirá que no les hicimos un favor al deshacernos de varios de ellos.

¿Cuántos eran ustedes?

Al principio sólo éramos cuatro. Poche, Julio, Fabri y yo. Luego se unieron los demás, cuando la guerra se desató y cada persona en el pueblo tuvo que escoger un bando.

Entonces, ¿cuántos eran en total?

No lo sé. Quizá doce o quince. Algunos trabajaban o estudiaban y no estaban presentes cada vez que había un enfrentamiento.

¿Quién mató a Chito?

La muerte de Chito fue la que inició la guerra, creo que ya lo sabía. Supongo que él era su líder o algo así. El hecho es que alguien debía encargarse de él para que sepan que íbamos enserio. Tuvimos suerte de encontrarlo en una de las limpiezas que hacíamos en la madrugada.

¿Cómo lo asesinaron?

No lo recuerdo bien, ya sabe, ha pasado casi un mes. Pero lo que recuerdo fue que lo encontramos fumando en el parque del Niño. No estoy seguro de porque estaba solo, pero era una oportunidad que no podíamos desperdiciar. Recuerdo que ese día nos acompañó Axel, el hijo de los Tomasevich. El chico era un desquiciado y quería intentarlo todo en la vida. Así que el llevó la “filuda”.

¿La filuda?

Así llamábamos al cuchillo de Fabri. Era de esos retráctiles, que caben fácilmente en el bolsillo. Casi siempre él la cargaba, pero Axel insistió en llevarla él mismo.

Así que en realidad, ¿Axel Tomasevich lo mató?

No precisamente. Axel solamente lo acuchilló, pero nosotros lo golpeamos tanto que probablemente dejó de respirar antes. No tengo porque encubrir a Axel, él ya está muerto.

 

¿Hacían lo mismo con todos los demás?

Generalmente trabajábamos sólo los cuatro. Ellos no sospechaban de nosotros porque no teníamos fama de matones. Teníamos ya una estrategia de limpieza. Primero rondábamos cerca. Y luego nos armábamos con palos de madera y la filuda en el bolsillo de Fabri. Escogíamos a todos aquellos que se vestían como pirañas. Ya sabe, todos esos que se vestían con ropa deportiva ancha, zapatillas de colores y gorros que les ocultaban los rostros.

¿Cómo era esa estrategia que mencionaste?

Como le decía, después de armarnos los encarábamos para escuchar algo interesante. Ninguno soltó nada importante, excepto Chito. Sin embargo, era necesario, porque al final, eso sería lo último que dirían en sus vidas. Para asegurarnos, siempre destrozábamos sus testículos a palazos. Si algo salía mal y ellos no pasaban al otro lado, por lo menos ya no podrían reproducirse. Luego de que acabábamos con su repugnante descendencia, apuntábamos a sus extremidades. Era una estrategia simple: mientras más sufrían, mejor. Así que cuando nos cansábamos de escuchar sus gritos y de ver como se retorcían, le dábamos la señal a Fabri que les daba el toque final. Él tenía un orden específico: Primero el abdomen, luego la cara y al final el cuello.

¿Por qué lo hacía en ese orden?

Era como su marca personal. Si bien él no se entrometía cuando los golpeábamos, les gustaba hacerlos sufrir también. A su modo, claro. Esperaba poco menos de un minuto, entre cada cuchillada.

¿Qué fue lo que dijo Chito?

Ah bueno, ese Chito sí que las sabía todas. Antes de que siquiera lo tocáramos, él nos dijo que nos arrepentiríamos. Que matarlo sería el inicio de la guerra. Y así fue. Creo que Chito planeó eso antes de su muerte. Se entregó él mismo para que los demás se encargaran de vengarlo.

Entonces, ¿fue por eso que encontramos muerto a Axel Tomasevich el día siguiente?

Así es. No sé como se enteraron de que Axel estuvo con nosotros, y que él fue el encargado del toque final. Como dije, Chito se las sabía todas. Quizá dejó a alguien escondido para que viera lo que a él le sucedía. El punto es que mataron a Axel al día siguiente con algo más de veinte cuchilladas. Creo que tuvimos suerte de que él viniera con nosotros, no me hubiera gustado recibir tantos punzones.

¿Qué sucedió después de eso?

Simplemente sucedió lo que Chito dijo. La guerra empezó y el primer caído fue Axel. Desde entonces veíamos a grupos de pirañas rondar las calles hasta en pleno día.

¿Qué pasó con Julio Martínez?

Julio fue el segundo en caer. A todos nos tomó por sorpresa. Eso fue cuando las amenazas eran demasiadas y tuvimos que escondernos. Ellos tenían gente por todos lados y nos encontraron rápidamente. Fabri, Poche y yo pudimos escapar pero Julio pagó caro su lentitud. No podíamos hacer nada, eran demasiados.

¿Tomaron alguna clase de venganza?

Seguro que sí, Julio era un buen muchacho, todos lo saben. Y cuando lo mataron, todo el barrio vio como lo hicieron. Fue ahí cuando la cantidad de miembros aumentó y los enfrentamientos se hicieron constantes. La verdad extraño esos tiempos. Extraño la satisfacción que sentía al verlos sufrir, llorar y rogar. Nosotros no iniciamos la guerra, fueron ellos cuando nacieron…


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