Más de 1001 historias humanas: #2 Cercano a lo lejos

Muchas veces te han comentado que hay que respetar los valores éticos, morales, y siempre te has preguntado: "¿quién dicta lo que es correcto y lo que está mal?"

El sentimiento egoísta de las personas es imparable y la bondad aparece de manera aleatoria, y a veces ni siquiera la pedimos. El hecho de conseguir algo que tu círculo social no tiene es llanamente satisfactorio, el goce con el que brilla es lo que más te llena.

Tu conciencia se acerca y te dice que debes compartirlo con los demás, "no, es mío" dices para ti mismo con la misma mirada sombría con la que naciste. No te ha importado dejar tu familia de lado para conseguir todo el oro que reluce en tu techo, no te ha parado el hecho de quitarle el puesto de trabajo a tu mejor amigo y hasta hace poco, no te ha afectado que un puñado de familias se hayan quedado en la pobreza con tal de conseguir tu único capricho. El suicidio, por entonces, llamaba lentamente a las puertas de estas personas que fueron tratadas con desprecio.

Quizás te has dado cuenta de lo que ha pasado para que llegues a donde estás, las cosas han sucedido porque no has mirado atrás, no has querido redimir tus acciones y, más importante, no has tenido contacto en primera persona. Has sido un cobarde que ha evadido cualquier contacto visual.

Sabes que la bondad es altamente probable en los cara a cara así que haces uso de un montón de monedas para que otros hablen y se muevan por ti. Eres tan inútil que eso te satisface aunque realmente eso es bueno, todos quieren llegar a tu nivel.

Ser tan altos y lamer el suelo sin agacharse. Las personas llevan siglos aceptando el hecho de que el dinero es más fundamental que cualquier sentimiento, pues aunque rías o llores, seguirás estando lejos de ser persona.

Tu respuesta:Nadie.