Denunciar relato
Representamos lo mejor
de nosotros mismos
con rosas de colores
y con pasiones que liberan
cuanto llevamos
en un interior
que no espera,
que es, que sigue
con premuras y ansiedades,
con brumas de paciencias
que apenas colocan
los límites en los trasiegos
de antaño,
que son los mismos de siempre.
Tenemos fe.
Nos importamos mucho.
Hemos aprendido a amar
desde la consideración
de una limpieza espiritual
que todo lo calma.
Aclamamos el presente.
Mejoremos en esas grandes ideas
que no cuesta imaginar.
Los brotes de antaño
prosiguen, y nos procuran
la sinceridad de un mañana
que ya vamos avanzando hoy.
Somos espiritualidad.
Juan T.
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