Tener un hijo...

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Recuerdo, hace tiempo, en el cumpleaños de mi hijo, cuando sopló las velas, mi mujer y yo le dijimos:


 -Cariño, pide un deseo. A ver, ¿qué has pedido?

 

Y el niño nos miro, todo ilusionado, y nos dice:

 

-Una Playstation o un hermanito.

 

Y mi mujer y yo nos miramos. y dijimos: "joder,la  Playstationson 300 euros."

 

Así que fuimos a por la parejita. Si lo llego a saber, va ella sola.

 

Hay que ver lo rápido que se quedan embarazadas las mujeres cuando solo somos novios, y lo que cuesta dejarlas embarazadas cuando ya estáis casados.

 

Es verdad, tu llevas un mes saliendo con una chica, estas en el paro, le caes mal a sus padres, no te quitas el condón ni para ducharte. ¡¡¡Y la dejas embarazada a la primera!!!

 

Ahora bien, como vayáis a por el niño. Es mas fácil sacarla de España de tanto empujar, que dejarla embarazada.  Eso si, os ponéis los dos muy melosos: Velitas, incienso, música de saxofón.

 

Porque piensas:

- vamos a hacerlo con mucho cariño para que sea fruto del amor.

 

Después de seis meses sin que se quede embarazada dices:

- a ver si va a ser mejor que sea fruto de un polvo.

 

Sí­, porque pasa como con el fútbol, jugar bonito le gusta a todo el mundo, pero lo que cuenta es meter gol. Así­ que vais a consultar al ginecólogo. Y el tí­o te dice:

 

-Esto es normal. Tenéis que insistir más. Total, que te receta los polvos como si fueran Frenadol:

 

-Tres al día cada 8 horas.

 

Cuando llevas dos semanas a este ritmo, te quieres morir.  Lo peor es la semana de ovulación, porque, por lo visto en esos dí­as sube la temperatura,  y eso aumenta la fertilidad. Así­ que mi mujer está todo el dí­a con el termómetro.

 

Y claro, de repente, estás en medio de una reunión y suena el teléfono:

 

-Cariño, me ha subido la temperatura. Vente corriendo.

-¿Tiene que ser ahora mismo?.

 

Y a ver como se lo explicas a tu jefe:

 

-Mire, me tengo que ir.., es que a mi mujer le ha subido la temperatura.

-¿y no puede atenderla un médico?

 

-Hombre, es que preferirí­a que el niño fuera mí­o.

 

Y llegas a casa y te la encuentras ya desnuda y preparada, que dices:

- joder, yo así no puedo.  Esto es como comer pipas peladas.

 

Y es que ella no piensa en otra cosa. ¡Coño, que parece un tí­o!  Y yo me siento como una máquina. Vamos, que cuando terminamos me dan ganas de decirle: "su espermatozoide, gracias!”.

 

Y, encima, todo el mundo te da consejos: hacerlo en la postura del misionero, con luna llena, que ella se ponga un cojín debajo y que después de hacerlo este media hora tumbada con los pies en alto.

 

¡¡¡Joder!!!  Es la primera vez que soy yo el que tiene que decirle a ella: Aguanta, aguanta un poco más.

 

Al final, cuando vimos que no habí­a forma, volvimos al médico, y me dice:

 

-Bueno, pues, lo mejor va a ser que se haga un análisis de semen, porque puede que tenga usted pocos espermatozoides.

 

Que tú piensas: "¡coño,  seis meses.. a tres polvos diarios!  ¡lo que me extraña es que me quede alguno!.

 

Y vuelve a decir:

-Aunque también podrí­a tratarse de astenospermia. Lo que se conoce como “espermatozoides vagos”.

 

 Y mi mujer:

-¡Buah.! ¡Pues va a ser eso! Porque se pasa el dí­a tocándose los huevos.

 

Y el otro:

-usted no se preocupe, que si es eso. Podemos extraerlos e implantarlos en el óvulo.

 

¡Si hombre! Una cosa es que sean vagos, y otra ponerles taxi para recorrer doce centí­metros!

 Y el médico:

-Es que esto es muy difí­cil, tenga en cuenta que de millones de espermatozoides sólo puede ganar uno.

 

-¡Mira, como en Gran hermano!

 

El caso es que tienes que hacerte el análisis. Te meten en una habitación con un vasito y un montón de revistas porno. Y tú te sientas allí­, a ver si se anima. Pero  estás mirando un montón de fotos de tías en pelotas y lo único que piensas es:

 

"huy, fíjate ésta... con las caderas tan estrechas va a tener problemas en el parto;  Huy, esta otra… con toda la silicona que se ha metido.. a ver como amamanta al niño!"

Y encima, mi mujer desde fuera:

-Cariño!  ¿Has terminado ya?  ¡En casa no aguantas tanto!

 

Total, que al final, con mucha buena voluntad, consigues llenar el vasito, pero luego te pasas toda la semana jodido mientras esperas los resultados.

Lo peor de todo es que empiezas a dudar de que el niño que ya tienes sea tuyo.

Miras al niño y piensas: "si, de acuerdo, es clavado a mí­, pero yo tengo una cara muy corriente".

Y ya para colmo es cuando llega tu suegra y le dice:

-¡¡¡Ay, que niño tan listo!!!  ¿A quien habrá salido?

 

Que ahí­ ya dices:

 

¡Coño, es verdad! A ver si tampoco va a ser de mi mujer.  Pero al momento reaccionas: joder, me estoy emparanoiando, el niño es mí­o.

Hay que tener en cuenta que, en aquel tiempo, dejarla embarazada era más fácil, yo estaba en paro, mis suegros me odiaban,  me ponía condón. Coño, lo tení­amos todo a favor.

 

Al final nos dieron los resultados y por lo visto, no me pasa nada. Lo que tengo es estrés. Así­ que le he comprado al niñola Playstation, a ver si jugando me relajo un poco.


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