Dos vidas

Por
Enviado el , clasificado en Intriga / suspense
1700 visitas

Marcar como relato favorito

Aún me duele la cabeza de tanto llamarte con mi celular. Me duele el pecho, tengo poco tiempo. Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que me viste con tu cara de odio. Estábamos en el balcón, mirando al mar, de repente me tomaste del hombro y me besaste, me hiciste prometer que ese momento siempre se quedaría y siempre sería real, pero yo te estaba mintiendo, siempre te he mentido por temor a perderte. 
-"Este momento será eterno, junto con nuestro amor"- le mentí. Que gran patraña, había algo que estaba escondiendo de ti. No sabía que era, me sentía feliz, estable, complacido; tú estabas enamorada, alegre y sonriente, pero yo sé que nada estaba bien. Fue entonces cuando...

19 de Noviembre, 2010 

Habíamos regresado a nuestro hogar en Madrid, estábamos en un viaje en Barcelona, quise salir y distraerme un rato con ella. Le regalé un ramo de rosas, quería seguir viéndola feliz, no importa qué tantas mentiras le he dicho, no quería verla llorar de nuevo pero sabía que muy pronto lo haría. Luego de beber nuestra taza de café por la mañana, decidimos salir un rato a mirar una película. La sala estaba vacía, decidimos mirar una película romántica, mi género favorito. Luego de mirar la película le dije: -"Vamos al parque, quiero caminar y... decirte algo"- Ella me dijo -"¿Qué tienes? ¿Por qué tan serio?"- Yo no pude confesar nada en ese momento, tan solo le mentí, lo mejor que sabía hacer.

Estuvimos caminando por horas, estuve divagando la conversación evitando así lo que realmente le quería decir. Ella me contaba de sus planes para el futuro de nuestra relación, cosa que me partía el corazón en miles de pedazos porque ya me estaba hablando de vivir en París, como siempre ella quiso conmigo. Soy un cobarde, ¿Por qué no le puedo decir? MALDICIÓN. 
Era nuestro aniversario, habíamos quedado en ir en bote a una isla de ensueño y eso hicimos. Fue nuestro mejor momento, nuestra cabaña de dos pisos con vista al hermoso mar. Encendí la chimenea y una a una fui encendiendo las velas, quería hacer de este momento algo muy especial, y olvidarme así de este veneno en mis entrañas. 
Fuimos al balcón y estábamos sorprendidos de tan espectacular paisaje, de repente, ella me tomó del hombro...

Duramos horas y horas en la cama, jamás habíamos tenido un momento tan intenso, eran las 3:34am y la luna nos ofrecía una hermosa iluminación junto con la tenue luz que producían las velas, era todo muy perfecto. Ella se levantó de la cama, estaba desnuda, yo seguía detallando su maravilloso cuerpo a lo lejos mientras se preparaba un té. -"¿Quieres un poco? Lo vamos a necesitar para poder dormir"- me afirmó mientras su cara mostraba una sonrisa pícara. No acepté su oferta, ya era tarde y de nuevo mis pensamientos me estaban atacando, empecé a sentirme deprimido y ella lo sintió. -"¿De nuevo estás así? Qué sucede, termina de contármelo todo"- -"Es irónico pensar que siento tanto por ti pero al mismo tiempo ya ni siento"- Le dije.

Sucedió lo que me temía, no quería ver eso pero, ya ella estaba llorando. Intenté retractarme pero ya era muy tarde, había ocasionado la peor situación en la historia de mi vida, su llanto. Tiró la copa al piso, empezó a destruir las lámparas, el clima se había vuelto tenso, ella me gritaba desesperadamente por una explicación mientras que yo callaba, viendo como se hacía daño ella misma, viendo como ella destruía la pureza de nuestro momento que recién habíamos tenido. No tenía sentido su reacción por mi simple oración, a menos que ella ya lo supiera... y solo quería forzarme a decirlo. 
Ella tomó un cuchillo y se lo puso en el cuello mientras me gritaba -"DILO, YA NO AGUANTO MÁS ESTA ESPERA, DILO"- Luego me dijo -"Siempre te he visto con esa cara de depresión, siempre te he visto llorando internamente, nunca me dices nada, nunca me cuentas nada, ¿Soy poca cosa para ti? ¿Soy nada para ti? Debe ser eso, termina de decirlo maldita sea, ¿Crees que no es doloroso verte con esa tristeza eterna sin razón? ¿Crees que nunca he intentado comprenderte? pero no, nunca me dejas entrar en tu vida... MALDICIÓN, si no sirvo como tu esposa, tan solo dímelo y acaba con esto o de lo contrario yo acabaré con esto, ya no aguanto más"- 

La llevé a la cocina, tomé un vaso de agua y le di uno a ella para hacerla sentar en el sillón y poder decirle. Lo que ella no sabía era, discretamente agregué un somnífero en su vaso y esperé a que hiciera efecto. Ella se durmió a los 15 segundos de haber bebido su vaso, yo, rápidamente tomé mi maleta y me fui de ese lugar. Soy un cobarde, soy miserable, soy inhumano por haber hecho lo que acabo de hacer, pero ¿cómo decirle a esa persona que ha estado conmigo durante 10 años que su esposo no es quién realmente aparenta?. 

Abandoné el país, perdí todo contacto con ella, estoy en Australia esperando el último minuto de mi vida para partir, me diagnosticaron una enfermedad terminal y solo me quedan horas de vida. Estoy en el hospital, solo. La enfermera me concedió mi último deseo de usar su celular y llamarla para decirle mis últimas palabras... pero era muy tarde, seguramente había cambiado su número, después de todo han pasado 3 años desde que la abandoné por temor. 

Sé que está mejor, quizás preocupada, quizás con alguien que la cuide mejor y nunca le mienta. 
Sé que está con alguien que jamás le diría -"Cariño, soy un ser sin alma, me he cambiado de nombre más de 30 veces, he descuartizado a más de 500 personas, así es, soy un asesino en serie"-


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed