Diciembre de 1945

Por
Enviado el , clasificado en Varios / otros
969 visitas

Marcar como relato favorito

Acababa de entrar por la puerta de casa cuando mi sirvienta, Juliett, se acercó a mí cuidadosamente con una bandeja de plata llena de sobres, además de un abrecartas.

    - Señor, ha recibido varias cartas – me dijo Juliett amablemente.

    - Por favor, déjelas en la mesa de mi despacho, Juliett. Gracias – le contesté.

    Afuera, las alegres calles londinenses estaban nevadas, pero con mucho color debido a las luces propias de las fiestas, aunque con varios escombros todavía por el gran conflicto que había ocurrido ya unos meses atrás. Ese era el panorama que observaba desde mi pequeño despacho.

    Las cartas allí posadas me miraban como diciendo “ábrenos”. Me senté en el sillón y empecé a abrirlas. Todas, pagos o invitaciones a fiestas. ¿Cómo podía la gente hacer celebraciones habiendo salido hacía poco de la oscuridad? Pero la última de todas ellas era diferente, me llamaba la atención. Sus sellos eran alemanes, no poseía remite y en su frente tenía escrito: Para Lewis. Decía así:

    “Será una sorpresa para ti recibir noticias nuestras, papá. Si lees esto es que los alemanes no nos cogieron ni a mamá ni a mí. Seguiremos en contacto.”

    Seguían vivas. Mis ojos se inundaban. ¿Qué otro regalo de Navidad se podía pedir?


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed