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Cada vez que notaba su mano encima de su cuerpo sentía un escalofrío. De terror.
Su mano era pequeña y cálida. Movimientos precisos y estudiados sobre su helado cuerpo eran los que le hacían estremecer de pavor. Sabía que iban a ser unos minutos, pero después de eso no iba a ser el mismo.
¿Por qué se le ocurrió la genial idea de donar sus órganos tras su muerte?
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