Sueños húmedos

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Era un lugar nostálgico, muchos colores adornaban este páramo.

¿Dónde estoy? Mi último recuerdo era que yo estaba durmiendo. ¿Era esto un sueño?

Observé bien el lugar, era familiar. Había unas resbaladillas, unos columpios, unas llantas de varios colores enterradas en algunos lugares. Habían 4 salones, en una pared estaba pintado: “Misión”, en otra “Valores”, en otra “Visión”. No alcancé a leer la última… ¿Era esto mi jardín escolar, más conocido como kinder? Seguí caminando, no había niños cerca, ni siquiera ruido. Los colores estaban un poco opacos, la hierba estaba crecida, posiblemente era la época de vacaciones. Caminé hasta mi antiguo salón y la vi, era ella, mi maestra favorita de Kinder, su belleza no había cambiado, ¿Cómo se mantenía ella de 30 años si han pasado más de 20 desde que estuve aquí? Era un sueño obviamente. Ella estaba en su escritorio con unos papeles.

-Buenas tardes Profesora – Dije tocando la puerta

-Ah, eres tú. Ven, ayúdame con esto – Dijo regalándome una sonrisa.

Era extraño, ella me reconocía. Me senté a su lado. Ella era realmente hermosa, su cabello era castaño, usaba lentes y usaba un vestido blanco marfil. Su perfume llegaba a mi nariz. Me di cuenta por qué a todos nos gustaba esa maestra. Ella parecía atareada con miles de papeles, pero de vez en cuando me miraba y me sonreía.

No resistí más, ella ojeaba unas hojas, la tomé de la mano, me miró acerqué mis labios… sentí su deseo, mis manos dejé en su cintura y ella colocó sus brazos en mi cuello. Mordí sus labios, eran de un sabor a canela. Su lengua invitó a la mía a un recorrido por toda su boca… sabíamos que nos deseábamos mutuamente, era como si los dos nos hubiéramos puesto de acuerdo para soñar lo mismo.

Deslicé mis manos por su vestido, mis dedos provocaban algo en ella, una sensación de placer sofocante. Ella se levantó y yo la seguí. Con delicadeza fui subiendo su vestido, sentí la piel de sus muslos. Ella me besaba pero eran besos fríos, era como si los besos fueran un eco.

Perdí todo razonamiento lógico, en un frenesí me quité mi playera y desabroché mi pantalón. Ella lo bajó junto con mi ropa interior. Se detuvo durante un caótico segundo ¿Habré despertado de este sueño? No. Ella  tomó mi miembro con sus manos y comenzó a acariciarlo. Yo le bajé la parte de arriba de su vestido, descubriendo sus turgentes pechos. Con la yema de mis dedos sentí su textura y ella gimió…

Separé sus piernas y acerqué al invasor a sus puertas. Rápidamente le quité su lencería femenina. Nos miramos, procedí a invadirla gentilmente. La senté en su escritorio y comenzó a entrar mi miembro. Ella se aferró a mi espalda y mis manos a su cintura.

Cuando entraba en su interior era algo mágico, ver mi reflejo en su pupila era excitante, sentir su piel contra la mía me hacía desearla aún más y más…

 

La gentileza de mis movimientos se convirtieron en embestidas… algo pasó… una luz oscura apareció por todos lados… ella comenzó a gemir al mismo tiempo en que comenzó a ponerse etérea… era como si se estuviera esfumando… me aferré a ella, si mi profesora se iba me iría con ella… no supe más.

Desperté, aún estaba oscuro, mi cuerpo sudaba. Me tomo un milisegundo recordar… luego me estremecí ante el oscuro recuerdo… si tan solo no hubiéramos puesto agua en el piso, si tan solo no hubiéramos hecho esa maldad, si tan solo el piso no estuviera resbaladizo… si tan solo… tal vez ella estaría consiente y no en coma… me retorcí en mi cama, lloré anhelando retroceder todos estos años… ella vino a visitarme… quizá es mi conciencia… ojala ese sueño fuera solo esta noche… pero no… la conciencia te recuerda tu pasado todas las noches…


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