Mi secretaria

Por
Enviado el , clasificado en Adultos / eróticos
50822 visitas

Marcar como relato favorito

Viernes por la noche, después de una jornada de más de 18 horas de trabajo, me sirvo un coñac, desabrocho mi corbata y me tiro en el sofá de mi oficina. Contemplo una hermosa luna llena a través de la ventana, me siento cansado, el sueño comienza a vencerme, de pronto, escucho el rechinar de la puerta de entrada a mi oficina, (debo hablar seriamente con el encargado de mantenimiento sobre ese molesto ruido), con los ojos entrecerrados veo entrar a mi secretaria, Laura, una mujer madura de 48 años, de pelo castaño, ojos color miel, y un cuerpo hermoso, senos bien formados, unas piernas delicadas color canela que puedo observar gracias a su minifalda, que porta orgullosa porque sabe lo que tiene gracias a horas y horas de ejercicio. A través de su blusa blanca veo la redondez de sus senos, cubiertos por un bra color blanco con encaje.

Delicadamente se acerca a mi, moviendo de manera sensual sus caderas mientras me pregunta si se me ofrece algo mas, le digo que puede retirarse a descansar, que ha sido una jornada larga para ambos. Me regala una sonrisa, se inclina para quitar de mi mano la copa de coñac ya vacía, sin poder evitarlo veo sus senos hermosos a través de un par de botones desabrochados de su blusa, sintiéndome apenado desvió la mirada, ella lo nota, sin inmutarse me vuelve a preguntar si se me ofrece algo mas, mientras se dirige a tomar la botella de coñac para servir otra vez mi copa. La veo caminar hacia la botella, su cabello suelto llega a la mitad de su espalda, el movimiento de sus caderas y el tamaño de su trasero me hipnotizan, comienzo a sentir que no solo despierto yo, también mi miembro, el cansancio abandona mi mente.

Regresa hacia mi, desabrochando por completo su blusa, mi cara de sorpresa no puede ser mas obvia, pero no digo nada, sentándose sobre mis piernas pone la copa sobre mis labios y me hace tomar un trago, después, ella le da un sorbo, por mi cabeza pasan muchas preguntas, de las cuales, por el momento no quiero saber la respuesta.

Dejando a un lado la copa, siento sus manos en mi nuca, su pecho cada vez mas cerca del mío, sus senos están duros, sus pezones lo mismo, un leve rose me hace estremecerme, acercando sus labios a mi oído me dice de una manera que nunca olvidare "se le ofrece algo mas, jefe"... uuuffffffff, sentí un torrente de adrenalina y excitacion recorrer todo mi cuerpo... le acaricie el rostro, pase uno de mis dedos por sus labios, y sin responderle, la bese, sentí la calidez de sus labios, mis dedos se enredaron en su cabello y sentí como su lengua entraba en mi boca para jugar con la mía.

No pude contenerme, la bese de manera apasionada, casi lujuriosa, estaba descontrolado, mis manos bajaron a sus piernas, comencé a acariciarlas haciendo su mini falda hacia arriba, sus manos quitaban el ultimo botón de mi camisa, sentí la suavidad de sus manos recorrer mi pecho mientras seguíamos besándonos. Inclinándose un poco hacia atrás, quitaba su bra dejando sus senos al desnudo, tomándolos con sus manos me los ofreció, y yo pegue mi boca a ellos como un bebe buscando su alimento, los bese, mi lengua los recorrió y jugo con sus pezones erectos, una de mis manos se dirigió hacia se sexo, ya húmedo y caliente, frotándolo por encima de su panty blanca con encaje, ella gimio, se aferro a mi cuello y me beso apasionada.

Haciendo a un lado su panty, mis dedos comenzaron a frotar su clítoris, mi boca seguía disfrutando la dureza de sus senos, sus manos bajaban el cierre de mi pantalón, sacaban mi miembro duro, caliente, ansioso, y lo frotaban con rapidez. Levanto un poco sus caderas, sus dedos abrieron sus labios vaginales y con la otra mano llevo mi miembro hacia la entrada ardiente de su concha, paso la punta de mi miembro por su clítoris y se dejo caer de una manera en que los dos gemimos de placer, comenzó a moverse hacia arriba y hacia abajo, sus senos restregaban mis pecho, mis manos en sus nalgas hacían que subiera y bajara con mas intensidad, inclinándose hacia atrás mis manos le servían de respaldo, quedándose sentada sobre mi miembro, moviéndose en círculos, matándome de placer, besando su vientre, sus senos, hasta llegar a su boca para que nuestras lenguas se fundieran en una.

En un momento sus brazos se aferraron a mi cuello, escuchaba sus gemidos en mis oídos, su pecho se recargo en el mío, apretando su concha y sus piernas, sentí que se corría, incremente la rapidez de la penetración, hasta que los dos explotamos como volcanes en erupción, mezclándose mi leche con su miel caliente... aaaahhhhhh que delicia.... bajando poco a poco la intensidad, quedamos quietos, ella seguía sentada en mis piernas, haciendo a un lado su cabello, la bese... me sonrió, a partir de ese momento, los viernes por la noche nunca volvieron a ser aburridos....


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed