SEXO CON MI MEJOR AMIGO [Parte uno]

Por
Enviado el , clasificado en Adultos / eróticos
56515 visitas

Marcar como relato favorito

Estaba sentada en la cama. En la tv no daban nada bueno así que la apagué. Suspiré sin ganas. Hoy era el cumpleaños de mi mejor amigo, y no sabía que regalarle. Me levanté del sofá y empecé a buscar como loca. Ninguna idea se me vino a la cabeza, ninguna  buena. 

Mark, era mi mejor amigo desde hace mucho. Sabía que el me deseaba, y mucho. Por como me desnudaba siempre con la mirada... una mirada salvaje, que te haría correrte con solo verla. De repente se me vino una idea.

Fui corriendo y cogí el movil.

-¿Mark? -Pregunté. 

-¿Si? ¿Eres tu Ana?

-Si. ¿Oye, te podrías venir esta noche a mi casa? Mejor hagamos la fiesta en mi casa. -Dije y sonreí para mí.

-Ok. Si tu lo quieres así...

-Oh, y traete ropa de cambio. Esta noche te quedarás a dormir aquí... conmigo. -Dije. Pude oir su risa nerviosa.

-Vale. En dos horas voy.

-Adiós. -Dije y colgué.

Mark iba a tener el mejor regalo de cumpleaños de su vida.

 

                                          * * *

-Pasar -Dije yo. -Corred, Mark ya va a llegar. -Ellos se aceleraron y entraron el la sala de ahora tapizado rojo.

Corrí y cerré con llave esa puerta. Cuando escuché el timbre.  Sonreí.

-Ya voy -Dije con voz inocente. Me quité el vestido y toda la ropa, tan solo me dejé los tacones rojos. -Espera Mark, tengo que ver el pastel, creo que se esta quemando -Dije.

-Vale -Dijo y suspiró.

Me puse un collar rojo, y luego un lazo en mi cuello. Me acerqué taconeando hasta la puerta. Giré el pomo lentamente hasta que pude verlo entero. Iba de traje, bastante sexy. Que pena que acabara sin él.

-Hola com- Dijo. No pudo hablar más. Le guiñé un ojo y le indiqué que pasara. Él tragó saliva y me hizo caso. Cerré la puerta.

-Sientate. -Ordené. Él se sentó en el sofá. -Es la hora de abrir tus regalos -Dije sonriendo. Él me miró nervioso. Le tendí el primer regalo. Una caja roja.

-Abrelo. -Dije yo. Él quitó el lazo y la abrió lentamente. -Saca todo lo que haya dentro. -Ordené. Él tragó saliva y sacó un paquete de cinco condones, luego un consolador, luego un bote de lubricante, luego un látigo y por último, una llave. 

-Joder- Dijo casi gimiendo. Me acerqué lo más que pude, y me puse a cuatro patas, con la cabeza en su pantalon. 

-Ahora toca abrir este otro regalo -Sonreí. Le miré a los ojos mientras besé su pene por encima del pantalon. Él gimió. Le quité la blusa y lentamente le fui desabrochando los botones de la camisa, mientras iba dejando besos por su cuello. Besos... humedos. Terminé de desabrocharle la camisa y se la quité. Cogí su corbata y me la puse. La punta de su corbata llegaba entre mis tetas.  Sonreí al ver la cara que tenía. Desabroché el único botón que tenía en su pantalón y le bajé la cremayera. Besé su pene por encima del boxer, ya hambrienta por probarlo. Le miré a los ojos de nuevo y me lo follé con la mirada. 

Bajé su boxer, liberando su gran erección. Ya hambrienta, pero me tenía que controlar. Cogí el lazo de mi cuello y se lo até en su pene, que estaba muy duro, y era muy largo. Tiré de él hasta llegar a una silla. Le dije que se apoyara en la mesa y así hizo. Me agaché y me metí su punta en la boca. Dejé a lengua trabajar con su punta, lamiendo cada deliciosa parte de ella. Su pene cada vez se hacía más duro en mi boca. Él se puso recto y me agarró de la coleta. Tiró de mi cabeza haciendo que se la chupara del todo. Me había tragado todo su pene. Wow.

-Ohh -Gemía mientras tiraba de mi cabeza haciendo el ritmo de dentro y fuera. Mis ojos estában ya llorando, pero el deseo me mataba por dentro, así que puse a mi lengua en acción y succioné lo más que pude. Me atraganté con su pene y me lo saqué de la boca, luego escupí en él y lo masturbé un poco, para luego volver a metermelo en la boca. Él gimió de nuevo.

-Me corro... -Dijo entre gemidos. Seguí chupando hasta notar un líquido salado en mi garganta y en mi boxa y labios. Me relamí los labios con placer y me levanté. Cogí uno de los condones que le regalé y lo abrí. Me lo puse en la boca y procuré que no se me callera. Al llegar a su lado, me agaché y con la boca le puse el condón. Podía notar como su jugueton amigo se había vuelto a despertar.

-Joder- Gimió. Cogí de la caja roja, el lubricante. Me puse un poco en las manos y dejé el tuvo en la mesa. Me aparté de Mark y le sonreí. Pasé mi mano lubricada por mi centro y metí un dedo. Gemí al notar ese líquido dentro de mí. Él me miró y entrecerró los ojos gimiendo. Empezó a tocarse mientras me miraba. Me senté en la silla y me abrí de piernas. Él se agachó y se puso de rodillas. Separó un poco más mis piernas y luego besó mi clítoris. Le dió un beso mientras su lengua succionaba. Me miró en el acto. Joder, tenía ganas de follarmelo allí mismo. Bajó su lengua hasta mi centro y empezó a taladramelo con su húmeda lengua. JODER. Sentía como mis pezones se ponían duros. Empecé a pellizcarme el pezón derecho mientras que con la otra mano mantenía su cabeza en mi zona bien mojada. Gemí incontrolablemente. Me iba a correr. Podía notar ese ardor subir por mi vientre cuando, oh, el muy cabrón había parado. Se levantó y volvió con la caja. Cogió el consolador y me sonrió. Tiró de la corbata *que la tenía yo puesta* y me besó. Pero no con amor, sino con deseo.

Me quité de la silla y me puse en el suelo a cuatro patas. Él pegó su entrepierna contra mi centro, pero no lo metió sino que fue rodeandolo, desesperandome más y más...

 

C O N T I N U A R Á 


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed