ELENA Y SUS DEMONIOS

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Esa mañana despertó totalmente desnuda, al lado de un desconocido y con una resaca que estaba a punto de explotar dentro de su cabeza y estomago, se levanto inmediatamente casi corriendo al baño para vomitar hasta la bilis, abrió el chorro del lavamanos, lavo su rostro que aun tenia restos de maquillaje y volvió a aquella habitación que se encontrataba en total desorden con su ropa y la de su acompañante tirada por todo el suelo, no reparo ni siquiera en averiguar quien era su acompañante pues al final de cuentas, era una de sus acostumbradas borrachera y no le interesaba saber quien era esta vez…

Elena Torres es una mujer como pocas, mas bien impulsiva en cuestiones de diversión, pero responsable en otros aspecto de su vida, tampoco era un dichado de virtudes pero a ella eso no le importaba, tenia sus propios demonios y con eso le era suficiente, nadie notaba que ella casi llevaba viviendo una doble vida para poder equilibrar el mundo donde se desenvolvía, era excelente lectora y eso la había llevado a tener conocimiento en cualquier área del conocimiento.

Es soltera pues no puede mantener una relación mas de 6 meses porque se siente rápidamente sometida y asfixiada y no le gusta tener que rendir cuentas a nadie y menos a un hombre, en poca palabras no le gusta las pautas morales que impone la sociedad pues piensa que son hipócritas y de doble moral; así vive su vida aunque es sensible y a veces vulnerable no lo demuestra y quien la conoce cree que casi no tiene sentimientos y que su actitud es mas bien disparatada y distraída, cosa que a ella le beneficia para no mostrar realmente como es.

Regresando a la habitación donde amaneció y que de seguro tuvo el sexo salvaje que la llena de adrenalina; estaba a punto de marcharse cuando su desconocido despertó y la llamo por su Nombre: - Elena, ¿Dónde vas a esta hora?, eran la 6:00 am de domingo.

Respondió sin mirarlo a la cara: - A mi casa, donde más o ¿crees que vamos a pasar el día junto? , no lo creo.

Pensé que al menos podríamos tener una despedida un poco movida- le dijo él-

No- contestó Elena- esto fue cuestión de alcohol y de pasar un rato agradable, solo eso, hasta otra oportunidad, disculpa ¿Cuál es tu nombre?

-Alejandro, mi nombre es Alejandro, y discúlpame tú a mi, pensé que íbamos a repetir otro encuentro. No me pareces una mujer de esas que hay por ahí.

-Es mejor que no tengamos otro encuentro, no soy apegada a nada y no busco una relación, créeme Alejandro, soy muy mala para las relaciones, suelo ser mala compañía y me aburro rápido, pero fue un placer estar contigo, Adiós.

Elena se dirigió a las escaleras de aquel hotel para regresar a su hogar, no antes pasó por una farmacia para comprar algo para la resaca y por una luncheria donde solo bebió un vaso de jugo de naranja natural, para recobrar un poco las fuerzas y regresar a su casa.

           Necesitaba mejorar sus aspectos pues tenia pautada una reunión familiar y lo menos que quería era reproches por la cara de trasnocho que reflejaba.

De prisa tomo un taxi que la llevase a su apartamento para darse un buen baño y ponerse presentable, siguió sin probar bocado y salio nuevamente, esta vez en dirección a casa de sus familiares.

Ya casi a las 8:30 la dejan en la entrada de la urbanización “Carré” donde se dirige a uno de los edificios que conforman dicha urbanización y donde residen unos parientes que son lo únicos que la sobreviven, y a los que ella aprecia mucho y ellos la tratan tal cual ella es, sin juicios ni mucho menos quejas.

¡Buenos días a todos! Um ya veo que están todos reunidos y faltaba yo.

¡Vaya! ¡Vaya¡ miren que aparece después de largo tiempo – refiere en tono algo irónico su primo miguel- pensé que no vendrías primita…

Pues que equivocado estas mi adorado primo- refuta Elena, mientras se acerca a besar a su prima Beatriz que es la cumpleañera.

¡No le hagas caso Elenita, que mi hermanito solo esta celoso para variar … déjame verte prima, bueno no quiero darle la razón a Miguel, pero la verdad estabas desaparecida.

¿Qué es de tu vida? Solo llamas de vez en cuando y si no tienes otros compromisos – concluye su prima pero en tono de preocupación.

Saben bien que no soy muy asidua a reuniones familiares- responde Elena con aire de molestia- además aquí estoy contigo para pasarla bien y es lo que importa.

Ok, esta bien, te dejare en paz por hoy y porque estoy feliz de que estemos reunidos nuevamente.

Beatriz y Miguel son sus primos y casi que se criaron juntos, pues Elena quedo huérfana a temprana edad y sus tíos como únicos pariente la recibieron en su casa y le dieron el calor familiar que necesitaba en esos momentos de soledad.

Su prima y ella siempre fueron muy unidas, en cambio Miguel lo fue por un tiempo hasta que ya de adolescentes, empezó a sentir por Elena algo más que un cariño de primos, que con el correr de los años fue en aumento lo que le llevo a Elena a aclararle que ella no sentía igual lo que nunca le pudo corresponder.

Bueno aparte de la familia estaban algunos compañeros de trabajos y amigos de Beatriz y uno que otro vecino del edificio.

Ese día pasó sin mayores contratiempos, la reunión fue muy amena y su prima estuvo muy feliz por su cumpleaños.

 

 

Lunes de vuelta a la rutina en el trabajo, entre papeleos, citas y otro que hacer de la oficina, transcurre las horas sin mayores inconvenientes y muy rápidamente, ya casi es la hora de salir; Elena esta dejando en orden los últimos detalles para seguir el trabajo mañana nuevamente.

Mientras viene bajando en el ascensor piensa en que hará de cenar al llegar a su hogar, ella no es muy amante a la cocina pero necesita alimentarse. Estando ya saliendo del edificio donde trabaja, ¡sorpresa! Está Alejandro esperándola con aire de picardía pero con impaciencia.

¡Demonio! – consigue decir para si misma- ¿qué haces aquí? Y de inmediato sigue caminando.

Espera no he querido molestarte, solo he venido a buscarte para llevarte a tu casa, tan solo eso- responde Alejandro en tono sincero, pero sorprendido por la actitud de Elena.

Elena da media vuelta y le dice que no hace falta y que olvide lo que paso.

Oye, oye, oye, que extraña eres, solo es una cortesía- insiste el.

A lo que ella responde- gracias no hace falta, se llegar sola, siempre lo he hecho. Adiós.

Vaya, ya veo, por lo menos déjame invitarte algo y hablamos un rato. Me interesa tu compañía, por favor no te niegues Elena.

Ella lo mira con desconcierto,que interés puede tener este hombre... CONTINUARA.


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