Mi vecina de arriba es una indecisa. Le agobia tanto tomar una decisión que, si está sola, es capaz de salir a la calle a preguntar a cualquier desconocido. Estoy harta de oír el timbre de la puerta y ver su cara de duda por la mirilla, con una blusa azul en una mano y un vestido de flores en la otra.
Le he hecho un regalo. Una caja llena de dados de colores. Dados de muchas caras con palabras impresas: azul marino y gris sí pegan, mejor las vitaminas por la mañana, sí es buena idea llevar dinero para un taxi, para trabajar mejor camisa, sí puedes beber agua después de comer melón, no hay que experimentar con la comida de los peces,...
Ya no oigo el timbre de la puerta. Ya sólo oigo un repiqueteo continuo que se me mete hasta el tuétano y no me deja vivir. He encontrado un dado perdido por casa. Por más que le pregunte sólo me da una respuesta.
Comentarios
COMENTAR
¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales