LA VIUDA NEGRA

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LA VIUDA NEGRA

La vecina de enfrente siempre me daba miedo. Supongo que era viuda porque el negro era su color de diario.
Cuando salía a comprar la leche por las mañanas mi madre me obligaba con mano firme, pues no me gustaba encontrarme a esta señora en las escaleras.

Un buen día, mi hermano pequeño y yo tuvimos que quedarnos con la siniestra viuda, pues mis padres debían marcharse a algún sitio.
Mis temores no bastaron para convencer a mis adultos, y allí me vi, una tarde lluviosa, posiblemente de otoño….

Recuerdo que la vieja cosía con una rueca antigua.
El ruido era monótono, yo solo quería salir corriendo de allí con mi hermanito de la mano, para poder estar a salvo de lo que empecé a sospechar desde que la vi por primera vez.
Su nariz aguileña, su cara de pasa arrugada, su risa malévola y su pelo lacio y largo…, no podía ser otra cosa que una bruja.

Mis temores me angustiaban cada minuto que pasaba en aquella casa que dicho sea de paso me pareció muy fría y de aspecto lóbrego.
Todo el mobiliario estaba cubierto por sabanas o telas de tonos oscuros, que demonios ocultaba debajo nunca lo supe ni quise ahondar en el misterio.

Recuerdo que yo no la quitaba la vista de encima. Mientras, esta no hacia más que coser y coser como alma que lleva el diablo.
Pude observar que su afanado proceso era una tela larga y estrecha a la vez, llevaba ya unos cuantos metros del tejido ya confeccionados.
De vez en cuando me miraba y sonreía, la expresión de su mueca parecía advertirme de algo…, o por lo menos a mi es la impresión que me daba en esos momentos tan desagradables.
Mi pequeño hermano deambulaba por el saloncito de rodillas pues aun no había aprendido a caminar. Era feliz en su ingenuidad, me daba rabia que el pobre no pudiese acompañarme en mis miedos y paranoias, por lo menos para revolcar la situación y darme ánimos….

Adentrada la tarde la lluvia arreció de una forma espectacular en forma de tormenta.
No soporto los relámpagos, tras los estruendos siempre vienen los males que acechan en la oscuridad, después nos lamentamos de ver correr la sangre a raudales por esos cuerpos que no vieron el miedo….

- Por favor que pare de tronar-; rezaba para mis adentros. Los nervios afloraron en mí y comencé a llorar de forma desconsolada. Si, era un niño, ¿que querían que hiciese en tal situación?….

La maldita bruja se levanto de la silla y se dirigió a mí para intentar saber que me pasaba y tranquilizarme.
Puso su cara demacrada y amorfa contra la mía, su aliento tenia la pestilencia de una rata muerta mezclada con ajo fuerte, y su voz…, era hueca, vacía, como de ultratumba….
Sus globos oculares se volvieron de un tono grisáceo, el cabello encaneció en pocos segundos, sus uñas empezaron a estirarse y el cuello comenzó a agitarse como si dentro hubiese cientos de gusanos….

Corrí hacia mi hermanito para intentar agarrarlo y llevármelo corriendo del peligro que nos acechaba.
Lo sabía, era una vieja bruja poseída por algo demoniaco, mis padres habían confiado en esta malsana mujer y ahora nos esperaba el pozo de la muerte….

La rapidez del bicho era tremenda, en lo que tarda un camaleón en atrapar a su presa esta ya había agarrado al “rubio” sangre de mi sangre, y lo llevaba en volandas hacia el balcón exterior que daba a la calle.
Era un cuarto piso, la tormenta no cesaba, para entonces la tensión que estaba viviendo siendo un simple crío no podría explicarla con palabras de adulto….

La bruja sujetaba a mi hermanito de los brazos y su cuerpecito estaba completamente fuera de la baranda del balcón.
Los rayos impactaban en su rostro rebotando contra las nubes como si estas fueran muros celestes; esa risa malvada nunca la podré olvidar, sus largos brazos agitaban a mi hermano como si fuera un trapo sucio…, al aire…, al aire….
Entonces la bruja giro el cuello, me miro con una mirada que nunca olvidare…, saco una lengua larga y verdosa y se relamió entre dientes, una “baba” espesa le chorreaba por la comisura de sus grotescos labios.
- ¿Quieres que arroje a tu hermano hacia el abismo, antes de arrancarle sus bonitos ojos?…- me grito con su voz distorsionada y demoníaca.

 

Grite y llore de rabia, suplique de impotencia, mi familia…, todo se hundía inverosímilmente para mi, ya no era nada, todo había acabado….

Entonces ocurrió un suceso extraño y difícil de precisar, o incluso de creer, El momento se paro, echo marcha atrás como si un plano se hubiese interpuesto en un espacio de tiempo, una puerta interdimensional….
La bruja continuaba cosiendo, mi hermanito gateaba a su gusto, y yo permanecía inmóvil, aterrado y confuso, muy confuso….

La tormenta había apaciguado, la oscuridad ya estaba álgida, con su media luna dibujada en el cielo estrellado, y mis padres estaban de vuelta para recogernos sanos y salvos, gracias a Dios….
No recuerdo ahora si les conté el incidente, puede que no me tomaran en serio, seguramente las visitas al psicólogo unos años después tuviesen algo que ver, o fue una mezcla de todo un poco….

Esa noche de otoño tuve una pesadilla en la que mi vecina de enfrente era la protagonista.
En mis sueños yo estaba desayunando, y a través del panel acristalado de la cocina veía la sombra oscura de la vieja esperando a que me marchase a comprar la leche para sacarme los ojos….
Me desperté sudando a media noche, con el ritmo cardiaco acelerado, el corazón era una maquina alimentada por el terror nocturno de un pobre niño.

Ya por la mañana temprano, narre a mi madre la pesadilla tan horripilante que me aconteció. Recuerdo como si fuese hoy que me miro seriamente y me dijo:
- los sueños no deben contarse por las mañanas, pues estos se cumplen de verdad tal y como ocurren en nuestra mente….-
Mire el panel de cristal de la cocina en un movimiento instintivo; aterrado pude ver la sombra negra que aguardaba moviéndose de un lado a otro…, ¡me esperaba a mi y a mis ojos!….
Esa fría mañana me negué a bajar a la calle….
Tiempo después la viuda desapareció y no volvimos a saber más de ella.


PD: Hay sucesos extraños que no podemos explicar aun habiéndolos vivido.

 

 

 


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