Para Nuria desde el corazón

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Para Nuria, desde el corazón.


10 de noviembre de 1985


Esta tarde salí a dar un paseo, estuve en el parque haciéndome unas fotos, pensando: "las pondré en su álbum", un álbum que se iría llenando de recuerdos, desde antes de nacer, sus primeros pasos, de su primer diente, su sonrisa, su rabieta, sus primeras amigas, el chico del que se enamorará, de sus cumpleaños...

Llevo puesto un vestido rosa y azul, que me encanta. Sabía que nacerías ya mismo, tenía molestias, aunque no sé bien describir lo que se siente en ese momento, nerviosismo ante lo desconocido, felicidad por ver ya tu carita y miedo, era tan joven….

Las diez de la noche y comienzan las primeras contracciones, pienso "controla, respira y olvida el dolor", lo intento, pero cada vez son más seguidas, pasan un par de horas y ya estoy en el hospital, ¡sí que tienes ganas de nacer!, quiero ser valiente y no pienso quejarme, hay una comadrona a mi lado y le digo: "¿cómo debo respirar?", ella me lo explica y comienzo a respirar como me dice. La verdad que duele menos, pero oigo en la habitación de al lado una chica que no para de gritar, y pensé "esto no ha hecho más que empezar", sigo concentrada en mi respiración y dejo de oír los gritos, llega una enfermera y me dice "¡Rápido a paritorio, ya está aquí, casi asoma su cabecita!" no sabía si reír o llorar "dos empujoncitos más y Nuria estará aquí. Ánimo, que lo estás haciendo muy bien", una enfermera muy amable me dijo que apretase su mano, me agarré fuerte y empecé a empujar mientras controlaba la respiración. Un último empujón, ya casi sin fuerzas y escucho un llanto, ya estás aquí, que carita más linda, sonrosada y redondita, nos llevaron juntitas a reanimación mis lágrimas caían de felicidad, viendo cómo te llevabas esos deditos a la boca, no hacía más que mirarte, no me podía creer, dos horas allí juntitas tú con tus ojos medio abiertos mirándome y yo casi sin pestañear, mirando lo bonita que eras.

10 de noviembre de 2014

Como pasan los años. Hoy, ya eres toda una mujer de la que me siento muy orgullosa y quise hacerte algo especial por tu 29 cumpleaños, quiero que sepas que siempre me tendrás ahí, aunque llueva, truene, haga un calor sofocante o nieve, cuando me necesites solo tienes que decirme mamá y ahí estaré. Estaré mirándote como cuando eras un bebe y compartimos dos horas muy importantes de nuestras vidas solas tú y yo. Dos horas que nos unieron hasta la eternidad y más allá, sabes que pondría cualquier sueño a tus pies, pero los sueños los tiene que luchar y alcanzar uno mismo, solo quiero que sepas que una madre sufre cuando ve sufrir, ríe cuando ve reír y llorar cuando ve llorar y yo hoy quiero reír, reír mucho contigo, verte feliz, ver cómo se van cumpliendo tus sueños, me siento afortunada de ser tu madre. Solo te pido, que aunque los demás no crean en ti, tú nunca, escúchame bien, nunca dejes de creer en ti y en lo que quieres conseguir en la vida.

Contigo hasta el infinito y más allá. Recuerda, los sueños se alcanzan, lucha por ellos con todas tus fuerzas y sobre todo sonríele a la vida.


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