Una labor seguida de decepción.

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Francisco Izaguirre, un hombre lleno de esperanzas, humilde de corazón, con ganas de sacar a su familia adelante y emprender cada nuevo día como si fuese el ultimo y por sobre todas las cosas creedor de sí mismo, desde muy pequeño creció con las enseñanzas de su padre quien era herrero.

A los 14 años decidió comenzar con esa noble labor, en un principio las cosas no le salían tan bien y esto lo frustraba, su padre le repetía una y otra vez que para ser herrero se necesitaba paciencia y tener esmero, al pasar de los años francisco fue adquiriendo los conocimientos necesarios sobre la herrería, donde con esfuerzo sudor y mucha perseverancia logro alcanzar su sueño más preciado tener su propio taller de herrería.

Un 25 de septiembre dentro de una humilde choza su padre Leonardo Izaguirre parte al cielo por complicaciones respiratorias, quien dejo a francisco con un enorme vacío en el corazón, ya que ser más que su padre, fue su tutor, su compañero, mejor amigo, y ejemplo a seguir por muchos años.


Tras la pérdida de su amado padre, francisco decide dejar la herrería ya que se sentía decepcionado de la vida y no podía seguir con el trabajo que un día este le enseño, le comunico a su esposa Doroty Casablanca, que dejaría su trabajo y cerraría la empresa, Doroty preocupada por el futuro de sus hijos Miguel y Bianca le pidió que por favor siguiera con ese trabajo, que él había nacido con talento y que lo que su padre siempre había querido era que el continuara creando camas, rejas y portones para sus clientes.


Ante esta situación, Francisco se vio entre la espada y la pared, pensó por un instante y se dio cuenta de que verdaderamente su esposa tenía la razón, respondió con gran dolor “sé que esto fue lo que mi padre siempre quiso para mí”.

Al pasar unos días Francisco retomo su empleo y continuo forjando aquel metal que le daba el sustento para su esposa e hijos, era muy conocido en San Joaquín por ser el único herrero honrado y noble del pueblo, esto le trajo consigo mucha clientela y muy buenos ingresos, que a pesar de estar prosperando no podía olvidar a su padre.

Los años transcurrieron de una forma increíblemente rápida, Francisco ya tenía canas y líneas de expresión, y sobre todo el pesar de lo años y el cansancio de su labor, Doroty quien era muy sencilla y menor que el, ya sentía dolores y malestares pues llevaba consigo una edad de 52 años, sus hijos Miguel y Bianca ya casi entraban a la mayoría de edad, y sus padres se sentían orgullosos por tan buenos hijos que tenían, una tarde nublada y algo sombría predecía que ese día sucedería algo que marcaría a la familia Izaguirre Casablanca.

Doroty quien hacia sus labores de ama de casa como de costumbre, limpiaba, cocinaba y planchaba la ropa para sus hijos, sintió que ese día sucedería algo verdaderamente malo, pero no le presto suficiente atención y siguió en lo suyo.


Francisco se encontraba en el taller de herrería, que estaba ubicado en el fondo de su casa, estaba dándole figura a una pieza de metal que se utilizaría como perchero para un reconocido accionista de la ciudad, cuando en un descuido su careta de soldadura se cayó y en cuestión de segundos una chispa de soldadura cayo en su ojo izquierdo, causándole un enorme dolor y ardor, desesperado corrió a su casa donde con nervios y mucha desesperación llamaba a su esposa doroty,

¡DOROTY, DONDE ESTAS! ¡HE QUEDADO CIEGO, HE QUEDADO CIEGO!

Doroty corrió hasta la puerta principal y lo encontró tirado en el suelo con sus manos tapándole la cara, enseguida corrió a la calle y detuvo al primer carro que pasaba por la avenida, en su carro venia Horacio Montiel conductor de taxis, le abrió la puerta y sin pensarlo ni mediar palabras Doroty monto a su esposo y le dijo a Horacio

¡SEÑOR AL HOSPITAL MAS CERCANO!

El recorrido se hizo eterno para el desespero de Francisco y su esposa, hasta que por fin llegaron y entraron al centro hospitalario.


Transcurrieron 2, 3, 4 horas y aun no daban noticias de Francisco, para ese entonces en la sala de espera ya se encontraban Miguel y Bianca quienes estaban preocupados por la salud de su padre.

En un momento de conversación, el doctor entra a la sala de espera y pregunta por los familiares de Izaguirre, exaltados Doroty, Bianca y Miguel se acercan al doctor y le dicen

¡AQUÍ ESTAMOS!

El doctor con una cara que notaba que traía malas noticias, les dice: “Amigos, Francisco ha sido intervenido quirúrgicamente para poder salvar su ojo izquierdo, y remediar el daño del derecho, pero lamentablemente el daño que la chispa de soldadura fue profundo y francisco ha perdido la visión permanentemente.

Doroty, sin palabras solo sentir, lloro y le suplico al doctor que por favor le devolviera la vista a su esposo, Bianca y miguel estaban impactados con aquella noticia, pues su padre después de esto no sería el mismo.


Al final de día, a francisco lo dan de alta su esposa e hijos lo llevan a su casa y son los encargados en darle la noticia, de que ya no podría ver más ya que en el hospital le habían colocado una venda, y él creía que no veía a consecuencia de esta.

Doroty con lágrimas en los ojos le dice, “Amor, sé que esto será fuerte pero debemos afrontarlo con valor y seguir con la vida que llevamos, en el accidente con la soldadura has perdido la vista”.

Francisco exaltado, molesto y desesperado grito y exclamo “NO PUEDE SER POSIBLE, YA NO SIRVO PARA NADA, NO QUIERO VIVIR” Miguel y Bianca lo abrazaron fuertemente y le dijeron que lo amaban, un Francisco decepcionado una vez más de la vida le dijo estas palabras a su familia:

“Y ahora aquellos momentos que tanto brillo tenían para mí, los han quitado para siempre de mi vista,. Porque nada puede hacer regresar la hora del esplendor sobre el metal, ni la gloria de los días, pero no lloraremos por ello, sino que encontraremos fortaleza en lo que dejamos atrás”.

La familia reunió las fuerzas necesarias, y continuo con su vida como de costumbre, lo único que cambio a partir de esa tarde, fue que francisco ya no podría ejercer esa labor que su padre había inculcado en él.

 


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