Lágrima furtiva

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Una furtiva lágrima se desliza en mi mejilla… no he podido contenerla… baja lentamente hasta llegar a mi boca… su sabor salado me recuerda a otro que, aunque similar era el culmen de una acción muy diferente.

En ese entonces, el sabor salado de tu semen me llevó a la más gloriosa dicha jamás conocida; recuerdo perfectamente esa tarde de septiembre… era el primer día de una vida diferente para mí, comenzaba una nueva aventura en soledad y tu presencia a mi lado apoyándome fue lo que me ayudó a sobrevivir esos primeros días. Todo era tan cruel y siniestro, que tu presencia vino a ser esa lluvia que refresca y enverdece, mi vida cambió radicalmente y gracias a ti pude sobrellevarla, saberla mía.

Ese día fue memorable… era la primera vez que me escapaba de una clase realmente interesante… nada importó! El solo hecho de saber que estaría a tu lado hizo que todo fuera nada… quería mirarme en tus ojos, perderme con tus besos, sentirme en pertenencia con tus caricias; llevábamos un mes sin vernos, sin que tus manos recorrieran mi cuerpo sabiamente, sin que tu aroma llenara mis sentidos… Recuerdo mis convulsiones internas, violentas, desmedidas ante tus embestidas de fiera indómita…  fue la primera vez que salió de mi boca un “te quiero” al tiempo que llenabas mi ser de tu rica leche. El deseo de tu piel y la mía unidas en una sola pudo más que el dolor de la ausencia que traía y con instantes de dicha volviste mi mundo sórdido en uno lleno de colores.

En ese entonces me limitaba a sentir, a sentirte, poco sabía de los placeres de la carne, de la delicia de tenerte dentro mío… y no es que no tuviera experiencia en ese rubro, sólo que nadie había hecho en mí lo que tú haces.

Locura total fue saberme tuya, me sorprendió tal vez más a mí que a ti esa declaración de amor hecha en el culmen de la pasión… nunca hubiera pensado hacerla pues el sólo hecho de sentir algo así me sacaba de quicio… yo no era de nadie! Nunca le permití a alguien poseerme de esa forma, ni de ninguna otra si he de ser sincera… siempre fui dueña de mí en todos aspectos, pero contigo fue distinto!

El sólo roce de tus manos hace que me estremezca de placer, mi cuerpo tiembla literalmente al sentir tus dedos en mi piel; me miras y haces que mire el cielo en tus negras pupilas,  me pierdo en la oscuridad de tu mirada y no quiero saber nada más que no seas tú… mi boca ansía tus suaves y calientes labios… recorres a placer mi cuello y bajas lentamente por mi torso hasta mi pecho… lames, succionas, mordisqueas mis pezones que te esperan ansiosamente desde que comenzó este encuentro. Dejas mis puntas erguidas y sigues bajando lentamente, torturando no solo mi cuerpo sino también mi mente, mi alma… mi boca reclama la tuya, entierro mis dedos en tu carne, ¡es mi manera de hacerte mío! Quiero saborearte… comienzo a besar todo tu rostro… haces querer besarte la frente y no sé por qué. Pasas tu mano por mi espalda y automáticamente me dejas muda, el asombro me hace su presa pues nunca nadie me deja sin habla...

Mis manos se llenan de un deseo incontrolable de acariciarte todo, mis labios son eco de esos pensamientos también y comienzo a tocarte suavemente, a recorrer cada centímetro de tu cuerpo… manos y boca saborean tu deliciosa piel, mi olfato se llena de tu olor a hombre y todos mis sentidos se embriagan con tu aroma. Trazo con  mi lengua pequeños círculos que van de un lado al otro, remembrando una danza antigua de deseo… la pasión llena mis sentidos y en mis ojos se refleja el apetito ardiente por ti.

Mi ser se estremece a tu tacto y te acaricia, succiona tus ganas, mojados en placer nos revolcamos en ese baile antiguo lentamente… me robas el aliento con un beso lascivo lleno de pasión, y quiero que te pierdas en mis labios, que bebas de ellos el jugo que por ti se desata… tus manos juegan a esconderse en mi vagina, entran y salen sin ritmo llevándome a la orilla de un abismo en el que tu nombre tiene eco en mi voz, mi cuerpo te clama solo a ti y haces que me estremezca de placer… mi ser explota una y otra vez sin descanso, todos mis sentidos vibran solo por ti, mi mente nublada solo acierta a pedir más… nada que no seas tú llena mi ser, contigo me siento plena, tu sola presencia cerca de mi hace que toque el cielo y me hunda en el infierno del placer.

Mi mundo se llena de mil colores en un instante cuando tu miembro erecto al fin penetra mi carne, esa entrada fuerte, dura, me hace gritar de placer! Y tu boca me calla con un beso donde tu lengua hace par a tu falo, bailan dentro de mí de forma tal que me posees por completo, ya nada me salva de lo que siento, de esa adicción a ti.

Las horas son inciertas cuando te vas de mi lado… muero de ti tan lentamente que nadie se da cuenta que ya no vivo si no estás… solo yo sé lo profundo de este sentimiento, de esta locura… ¡nada me salva! a todas horas quiero tenerte dentro mío, mente, alma, cuerpo! Mi piel ardiente te clama a diario, nada calma ese calor y ansias de ti. Me he vuelto una adicta al sexo contigo y es en ese punto el único donde pierdo totalmente mi autonomía, donde me vuelvo tu esclava, donde me dominas y te dejo hacer de mi lo que tú quieras. A nadie nunca le había dado tanto poder sobre mí, suelo ser libre de hacer y deshacer, pero contigo todo es distinto… ¡me desarmas por completo! 

Una lágrima furtiva escapa de mis ojos… recorre lentamente mi rostro hasta llegar a mi boca… el recuerdo de tus labios mordiendo los míos hace estragos en mi ser… la frustración de saberte lejos y quererte conmigo gana la batalla… ya no sólo una lágrima es la que se escapa… un torrente de deseos sin realizar rompen mi alma en mil pedazos, y la lluvia es su salida… No sé qué hacer para obtener el favor de tu compañía, quisiera tenerte a mi lado siempre…  aspiro  a estar contigo… que me dejes ser y que el mundo creado por nosotros sea más que solo de momentos furtivos, donde la pasión y el deseo no tengan fin.

Deseos incontrolables juegan con mi mente, no entiendo mi inquietud! Nada de esto suele pasar… me preocupa ser dócil… ejerces sobre mi tanto control que me someto a tu presencia como el cordero al matadero… esa lágrima furtiva que brota de mi alma marca el final de mi autonomía, pero también marca el principio de lo mejor que me ha podido pasar: tú.

 

Malu Ramírez


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