Carlos se abalanzó sobre mi novia semidesnuda...(4)

Mientras esto sucedía, Laura continuaba aferrada a mi verga lamiéndola completamente y mirándome fijamente a los ojos, entonces nos pusimos de pie y acostándonos sobre la hierba… bese sus hermosos senos…continúe bajando por su abdomen…y literalmente arranque su ropa interior desesperado por conocer su sexo…waoooooo….Laura es una mujer que siempre me pareció divina y me excitaba mucho pero nunca me atreví por ser la mujer de mi amigo; pero en este momento tenía su vagina rosadita y húmeda frente a mi cara, tenía su vagina totalmente rasurada con una rayita de pelo encima del clítoris….Estábamos como locos y ella pedía que la penetrara …no me hice esperar y coloque mi verga gruesa y dura en su vagina sintiendo como penetraba rápida y ajustadamente….empezaron los movimientos…los roces, los mismos roces que simulan desprender fuego, el mismo fuego nos quemaba mientras continuamos tocándonos sin perder el ritmo de las caricias y los movimientos que permiten que nuestros sexos se unieran sintiendo su humedad como un manantial en el desierto de mi vida, dibujando formas, cadencias, conjugando tiempos y ritmos, nuestros cuerpos se buscaban como extasiados y desesperados dejándonos llevar por la frenética invitación de los Dioses de alcanzar el éxtasis.

Carlos e Isabel también estaban en lo suyo, justo frente a nosotros, sin importar que alcanzáramos a mirar detalladamente todo lo que hacían… Carlos acostado sobre la rustica mesa, Isabel lo cabalgaba de espaldas a él, pero mirándonos a Laura y a mi…inclinada totalmente hacia atrás y apoyada con los brazos sobre la mesa, sus piernas totalmente abiertas y recogidas…permitían que apreciáramos la profunda penetración que producían sus movimientos.

La noche fue larga…tal vez por el efecto del yagé… cuando despertamos estábamos cada pareja en las chozas donde habíamos dormido la noche anterior, con mucho dolor de cabeza y nauseas precisamente como consecuencia de consumir la mencionada bebida. Ese mismo día regresamos a Leticia y abordamos el vuelo de regreso a Bogotá.

No sé si realmente sucedió… no sé si fue alucinación, de lo que si estoy seguro es que fue una experiencia que marcó mi vida.

Carlos y Laura siguen siendo nuestros amigos, Isabel tuvo que viajar a España para estudiar su doctorado ….nunca hablamos del tema ni hicimos ningún comentario sobre lo que sucedió aquella noche…como si hubiésemos hecho un pacto de amigos. (fin)

Juan sebastian

arboleda.juansebastian@gmail.com