Coleccionista

Hoy, revisando algunos libros, limpiando el pasado, ordenando el presente sacudiendo el corazón, me he topado con un par de cosas, cosas que me recuerdan a ti y es que el tiempo se ha vuelto mi enemigo, el recuerdo mi rival, la almohada mi mejor confidente y la esperanza mi aliado hasta el final.. 

Debo confesar que me he vuelto una coleccionista porque aún conservo tus detalles, esos detalles que más de una vez me hacían sonreír por horas, que al recibirlos me dejaban sin palabras, eso tantos detalles que hacían el momento especial, detalles que ahora veo y me hacen preguntar ¿porque lo dejaste de intentar?

Me empeñado en guardar nuestras fotos, tu fotos, aquellas fotos que eran pocas pero únicas, fotos llena de felicidad y al verlas pienso que eran felicidad momentánea y que hoy por hoy no está.. 

He guardado en mi clóset, junto a mi ropa favorita tus abrazos, esos abrazos incontables tantos los que tengo que ya no hay espacio para ropa nueva, los guardo porque sé que en cualquier momento este corazón los ha necesitar.

Dentro del cajón de los accesorios, tengo tus sonrisas, sonrisas tan sinceras, tan tuyas que al salir me las colocó para afrontar día a día como tu me enseñaste, aunque sean esas mismas sonrisas las que me recuerden que ya no estás. 

En mi bolso de maquillaje tengo tus besos, besos tan tiernos y placenteros que lo uso como mi color preferido de lápiz labial, porque no quiero que nadie más me bese si no son tus labios, aquellos que solían ser el mejor lugar para estar.

Reconozco que soy una coleccionista empedernida y es que a ti te guardé dentro de un baúl, en este lugar donde pocos entran, escondido detrás de un mueble, tapado con una sábana para pasar desapercibido, porque no quiero que nadie te saque de acá.