Marcos, mi deseo secreto I

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Ya había pasado como dos meses desde mi "primer encuentro con Marcos" Extrañamente me daba la impresión que él comenzaba a acercarse más a mi, cuando nos cruzábamos a solas fuera de la casa ya no solo saludaba de lejos, se acercaba me saludaba de mano y beso en la mejilla y me sacaba plática de cualquier cosa, era imposible no ponerme nerviosa y excitarme con su mirada y su dulce sonrisa, después de esas pláticas entraba yo a mi casa con mi pulso a mil por sentir su contacto y sus ojos profundos en mi.

Esa mañana al despedirse se acercó a besar mi mejilla pero se quedo así un instante más largo del normal, rozó su mejilla con la mía, tuvimos tiempo de olernos, sentirnos. Al regresar a mi casa necesitaba con urgencia masturbarme y me dispuse a ello. Me desnude frente al espejo y recostándome comencé a tocarme, sentía mi cuerpo tan caliente que hasta la humedad entre mis piernas la sentía quemarme y dije en voz alta "mira Marcos cómo me tienes! Quiero todo de ti! Así, así Marcos! Aaah!" Me encontraba realmente concentrada en mi placer y mis fantasías cuando me interrumpen unos golpes en la puerta, me levanté de un salto y en la carrera solo me puse un short y una blusa pasando por alto mi ropa interior y grite "vaan!" Fui a abrir toda sobresaltada por la interrupción. Mi sorpresa fue mayor cuando me encontré en la puerta a Marcos.

Me miró y me dijo con esa sonrisa de muerte -Perdón por sorprenderte así- no sabía donde meterme él seguramente notó algo en mí, me puse muy nerviosa y creo que hasta me sonroje de la pena. -Oye, tendrás un desarmador más grande que este- dijo él mientras me mostraba uno de 15 cms aproximadamente -Creo que alguna vez tu esposo me dijo que tenia alguno que me pudiera prestar cuando lo necesitara. Me paralicé un poco, tenia la cabeza revolucionando a todo queriendo concentrarme en lo que me decía y no en lo que estaba haciendo antes con él en la mente, así que pude decirle -Creo que si, pasa ahora los traigo, están guardados aquí en la alacena- sentía como mis piernas hasta temblaba por la situación tan bochornosa.

Entonces acerqué una pequeña escalera para alcanzar las herramientas que estaban en el estante superior, las tomé y al comenzar a bajar escuché su voz atrás de mi -Cuidado, no te vayas a caer, yo aquí te cuido- sentí sus manos en mis muslos y mientras bajaba lentamente los escalones, él pasaba sus manos de mis muslos, a mis caderas, a mi cintura y ya que estaba en el piso hasta un poco más arriba, bajo mis axilas. Yo sin saber que hacer me gire para ver su rostro con los desarmadores en mis manos y lo miré tímidamente, pero él sonreía y sus ojos estaban llenos de deseo y lujuria, provocando que lo que me tocaba antes de su llegada, se humedeciera rápidamente de nuevo. Marcos tomó las herramientas de mis manos, las puso en la encimera y me llevó al sofá, a esas alturas ya mis pezones sobresalían espectacularmente a través de mi blusa, se acercó y comenzó a besarme, primero suavemente, después nuestro beso fue mas intenso y nuestras manos recorrían el cuerpo del otro. Metió sus manos bajo mi blusa tocando mis senos desnudos y pellizcaba mis pezones sin apartar su boca de la mía. Dejándome llevar, metí mis manos dentro de su pantalón y arrodillándome lo bajé junto con sus boxers descubriendo una erección maravillosa apuntando a mi cara, brillaba ya debido a su propia lubricación, estaba totalmente antojable. Lo miré a los ojos y comencé a lamer la punta... mmmm su sabor era una delicia! Pasé mi lengua a lo largo de su tronco mientras mis manos masajeaban el gran miembro de mi vecino así como sus huevos. Me metí completa esa verga que pedía una buena mamada, yo la disfrutaba toda, la metía y sacaba con ritmo cadencioso al mismo tiempo escuchaba como Marcos gemía de placer, lo que me excitó aun mas teniendo como resultado sentir que me mojaba cada vez más y aceleré mis movimientos metiéndomela hasta la garganta... uff! me encantaba ese sabor! Entonces el me tomó de la cabeza controlando mis movimientos, me excitaba sentirme así, follada por la boca, sentir el poder de dar tanto placer a ese hombre que había deseado desde hace tiempo. Entonces él me levanto, me recostó en el sofá y me arrancó los shorts, al ver que no tenia nada abajo, su mirada fue más profunda y me dijo sonriendo -Se que esperabas esto y yo lo deseaba también!" ... continuará


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