El hermano de mi novio

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Se acercaban las fiestas y este año me tocaba festejarlas con la familia de mi novio, Federico.

Federico, era mi novio perfecto nos enamoramos de casualidad a la salida de un Shopping, tras salir del cine. El se caracterizaba por ser alto, rubio de ojos turquesa claros y con un excelente físico. Su familia al igual que el, daban la impresión de ser galantes pero a la vez muy agradables y simpáticos, incluso su madre quien me adopto como una hija.

Ese año nos visitaría el hermano mellizo de Federico, de aspecto similar pero su cabello, según quienes lo conocían decían, que era más oscuro y de ojos cobrizos con mirada penetrante e imperiosa. Gastón, así se llamaba el visitante que esa noche se suponía que debía de conocer.

Eran vísperas de navidad, cuando Federico y yo llegamos a la gran casa , mejor dicho, a la Mansión de los Berzoith. Rebozaba de hermosura , originalidad y esplendor en el diseño abstracto, altamente atrayente a la vista de cualquier espectador. Como todo lo que rodeaba a Federico solía ser lujoso y ostentoso, decidí gastar mis ahorros para estar a su a su nivel y fue como me compre un vestido de la marca italiana Gucci. Realmente, era hermoso en toda su contextura de satén rojo sangre con espalda descubierta y un escote en v pronunciado, que realzaba mis senos, con una terminación de corte largo para la ocasión.

Al entrar no me esperaba ver a lo que posteriormente se convertiría en mi tortura, mi martirio sin descanso y , a la vez, mi goce anhelado eternamente. Allí estaba de smoking, incluso mucho mas apuesto, mejor vestido y galante que Federico. Sus ojos cobrizos de pupilas punzantes lograron hipnotizarme hasta el punto de llegar a estar enceguecida y tropezarme con el escalón de la entrada. Por suerte, mi caída fue leve y de baja importancia ya que acuse de que el largo del vestido fue el problema.

La cena fue estupenda , una mesa larga con muchas sillas y vajilla de cristal con decoraciones navideñas en tonos dorados, había toda clase de comida desde carnes blancas a rojas, ensaladas y aperitivos vegetarianos, todo muy variado, sabroso y culinario. La noche trascurrió rápidamente, en unas horas seria navidad y ni cuenta me había dado, el goce de la conversación y las risas, hacían volar el tiempo.

sin embargo, poco contacto tuve con Gastón sin contar el incidente que tuve en la entrada como consecuencia de su mirada furtiva e incandescente; ni una charla ni respuesta a mis comentarios o anécdotas, todos participaban menos el. Me pareció desubicado, raro y llegue al punto de enfadarme por un momento pero en el aire se esparcía su perfume embriagador y los rasgos marcados de aquel hombre me hacían estallar mi vientre. Jamás había sentido esa atracción tan repentina que me sofocaba y agitaba con tan solo ver sus ojos , enmarcados por unas pestañas largas ennegrecidas y tupidas que daba la impresión de que se los delineaba. Sentía como con su visión me desnudaba por completo y como sus labios carnosos chupaban y mordían hambrientamente, salvajemente mis pechos así como lo hacia con la carne al vapor que ingería de su plato.

Ya no aguantaba mas si me quedaba más tiempo, allí sentada en la mesa gritaría manifestando un orgasmo involuntario. Fue entonces, que expuse mis disculpas diciendo que necesitaba tomar aire y me retire al jardín, con la intención de que la brisa aliviara mis calores pasionales y la vista del campo de polo me distrajera y borrara mis pensamientos lujuriosos. Pero a pesar de la brisa y la vista no bastó lo suficiente como para apaciguar el incendio que vivía por dentro, cuando unos dedos se apoyaron en mi cintura descubierta amarrándome con un fuerte brazo. Mi piel dio un respingo y automáticamente, se erizo ante el contacto electrizante, inconscientemente salte por el susto y en voz alta dije :- Federico, basta sabes que no me gusta que me asustes de esa forma.

Me doy vuelta y era el. Mi hombre sombra, mi ser oscuro cuyos ojos intensos me hacían correr en fluidos sin haber contacto. Me quede petrificada y el aun me rodeaba con sus fuetes y musculosos brazos de polista. Solo se limitaba a sonreír mostrando sus blancos dientes perfectos. Mi mente revoloteaba y pensaba , en menos de un segundo, diferentes perfiles de el, ¿ Como seria en las mañanas?, ¿ A la luz su pelo seria mas rojizo?, ¿ Su lengua seria tan larga como para atrapar mi boca y llevarme a la cama?. Que me sucedía, yo no era así, jamás lo fui ni con Federico. Pero con el era diferente, era otra persona, era mi parte felina, esbelta, sexy e insaciable en sexo y pasión.

Me dijo :- Te vi salir y quise ver si estabas bien. Traje dos copas y vino si quieres.

Fue amable y cordial, la primera vez que hablábamos y me invitaba a tomar unos tragos con el. Yo no lo podía creer, pero en ese momento estábamos solo él y yo bajo una luz que nos iluminaba ante la cruel penumbra, donde mis piernas se ablandaban flaqueado hasta caer completamente en sus brazos.

Continuará....


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