Fuerza

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El niño cayó de bruces sobre el fango.  Estaba agotado, extenuado.  Sentía como le abandonaban las fuerzas y se alejaban. Llevaba tres días de marcha desde la masacre de su aldea y la perdida de su familia. Eran unas 60 personas la mayoria ancianos y algún que otro niño que se dirigían desde los restos de su pueblo arrasado al pueblo más cercano situado a cinco días de distancia. 

Al padre le atacaron cinco soldados, mato a uno con la espada que tenía en la mano derecha mientras clavaba el puñal que tenía en la mano izquierda en la garganta de otro, pero por desgracia para él la desventaja numérica fue insalvable e hizo que una espada le perforara el corazón mientras otra entraba por el lado derecho de la cadera y una tercera entraba por la espalda y salia por la tripa. 

La madre abatió soldados enemigos con su arco y sus flechas hasta que el hacha impactó con violencia extrema en la nuca separando la cabeza del resto del cuerpo. El chico lo había presenciado todo desde el escondite en el que se encontraba. Habia visto con horror como morían sus padres. Y ahora en aquel momento, con la cara llena de barro revivia otra vez el horror de la muerte de su madre. Los ojos se le llenaron de lágrimas, cerró los puños y sintió la rabia y el dolor que le invadian por momentos, inco una rodilla en el suelo y se impulsó para ponerse de pie. 

El anciano que ya llevaba horas observándolo le lanzó una manzana. El chico le miró con curiosidad. ¿quien era aquel hombre que rondaba los 60 años bien entrados que le brindaba su ayuda y le daba alimento? 

Gracias dijo el chico, pero. ....¿ por qué? 

¿por qué? ¿qué?

¿por que me ayudas?

Necesitas alimentarte, mi artritis me impide luchar. Pero tu eres joven, si sobrevives podrás luchar, eres muy fuerte lo acabas de demostrar levantando te. 

No soy fuerte. 

Eres más fuerte de lo que crees ,otro se habría dejado llevar por el agotamiento y habría muerto en ese charco, pero tu te has levantado y sigues luchando. 

El chico mordió la manzana y el anciano le tendió su cantimplora, bebe un poco de agua, el chico dio un largo trago y le devolvió la cantimplora, se terminó la manzana sin dejar de observar al anciano. Una vez acabada la manzana el anciano le pregunto ¿ entonces lucharás? No se luchar contestó el chico cabizbajo. ¿ y si yo te enseño? Entonces si lucharé. 

Bien por que acabas de aprender la lección más importante de tu vida, se fuerte para levantar te cuando te caes, pues la fuerza ya la tienes,  está en tu interior solo tienes que cogerla. 


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