Desatando la pasión en Mallorca

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Para las vacaciones de verano mi pareja, mis abuelos y yo nos fuimos a pasar unas semanas a casa de una tía mía que vive en Mallorca. La casa de mi tía está situada en una pequeña urbanización muy tranquila, es una vivienda grande de dos pisos con un pequeño porche con piscina y con una terracita en el segundo piso. Ideal para que tomará el sol en topless me dije para mis adentros...

Mi pareja y yo nos acomodamos en una de las habitaciones.

-Si hombre! van listos si creían que íbamos a dormir en camas separadas. Ni de coña paso una sola noche sin sentirte cerca.- Me decía Fernando.

Nos pusimos a ello, enseguida juntamos las camas y dejamos nuestras cosas preparadas en la habitación. -Ves así está mejor nena! después de comer abra que probar las resistencia de estas camas ¿no crees?. Me decía mientras me acariciaba las nalgas con sus dedos, no le costó mucho acceder a ellas ya que yo llevaba un pantaloncito corto vaquero que mostraba un pelín de mi culo. Yo le mire y sonreí, me encanta cuando se pone juguetón.

Nos dirigimos al piso de abajo para comer con mi familia y descansar un poco.

Cuando terminamos de comer, vimos un rato la televisión y cuando nos percatamos de que mis abuelos y mi tía empezaban a cabecear deseando echarse la siesta, Fernando y yo nos subimos a la habitación.

Abrí la puerta con cuidado para no hacer mucho ruido, primero entro él y se acostó en la cama mientras yo cerraba la puerta nuevamente con cuidado. Cuando le miré ya estaba sin camiseta y en boxers.

Me quede impresionada por su rapidez, incluso le dije.- ¡Joder! que rápido que vas tú ¿no? Yo tenía pensado ponerme la parte de abajo del bikini y salir a tomar un poquito el sol a la terracita, me gustaría amortizar mi estancia bronceándome desde el primer día.

- Tranquila nena, me gusta ese plan, disfrutaré mucho viendo ese espectáculo entre que te desnudas y sales ahí fuera. Pero que conste que me diste a entender que íbamos a comprobar la resistencia de la cama eh.- Me dijo con voz lujuriosa.

Me preparé las braguitas del bikini y le di la espalda para desnudarme.

Empecé a quitarme la ropa lentamente, me gusta provocarle y ver el poder que tengo en él. Primero deslice uno de mis tirantes de la camiseta, luego el otro... poquito a poco fui levantándola y me di la vuelta para que pudiera verme el abdomen y mis pechos.

Pude comprobar lujuria en su mirada y como se mordía el labio inferior, baje mi vista hacia sus boxers y pude comprobar como empezaba a abultar su paquete.

Me desabroche el pantalón y lo deje caer sobre mis talones, llevaba un tanga de color negro que me estaba un poco apretado, para divertirme un poco más empecé a contonear mis caderas, me apoye en una silla que había en la habitación dejándole ver mi trasero que empecé a acariciar y a darme unos pequeños cachetes.

-Ufff, no veas cómo me estas poniendo nena! me encanta lo que estas haciendo.

- Ah sí? Pues todavía no has visto la mejor parte.- Le dije con picardía.

Me incorpore, y me quité el tanga, mostrándole mi coño completamente depilado.

-Salgamos fuera.- le dije.

- ¿Vas a salir así a la terraza? A ver si te va a ver alguien...-

-¿Quien me va a ver? esta todo el mundo echándose la siesta. Venga no querrás perderte la mejor parte.-

Salimos a la terraza y me acosté en la tumbona, Fernando se apoyó en la puerta observando el ambiente por si acaso hubiera alguien viendo el espectáculo de una chica joven, rubia, de ojos verdes, completamente en pelotas tomando el sol...

Mientras, yo me recogía mis cabellos en una coleta y cogí el bote de aceite bronceador.

Me eche un chorrito de aceite en las manos y empecé a extenderlo primero por mis piernas, muy lentamente y en movimientos circulares para que mi piel lo absorbiera bien.

Fui subiendo hacia los muslos y el abdomen hasta llegar a mis pechos, le miré de reojo para ver qué cara pondría cuando viera lo que iba a hacer, afortunadamente para mi él ya estaba observándome muy atentamente. Me eche otro chorrito de aceite para extenderlo por mis pechos, los tocaba lentamente y los masajeaba, mis pechos comenzaron a brillar,aquello me estaba poniendo muy cachonda y notaba como empezaba a humedecerme, me centré en tocar mis pezones y a pellizcarlos con delicadeza, de tanto en tanto miraba a Fernando, que ya se había sacado su pene y lo acariciaba suavemente mientras me miraba.

-Madre mía no sabes lo que estás haciendo me tienes que me va a explotar la polla nena

Me acomodé con las piernas entreabiertas y comencé a tocarme el clítoris, Fernando se acercó y me plantó un apasionado beso recorriendo su lengua en mi boca, yo le correspondía y cuando podía le mordía suavemente el labio inferior mientras que mis manos tocaban su precioso pene, él se arrodillo ante mis piernas y empezó a darme besos en las ingles y en mi vulva, ya muy húmeda. Estaba deseando que me tocará y me diera placer.

Mis caderas empezaron a moverse por sí solas invitándole a que fuera a más. Empezó a deslizar su lengua muy lentamente por mi clítoris y a succionarlo con fuerza mientras con una de sus manos me acariciaba uno de mis pezones y con la otra mano me introducía sus dedos en mi vagina realizando movimientos al principio lentos y que fueron aumentando conforme yo aumentaba mi respiración. Estaba que no podía mas... y gritaba su nombre.

-Oh si Fernando! como sigas así voy a.... Fóllame ya! quiero tenerte dentro de mi

Y paró en seco.

-Ni de coña nena! esto solo era el calentamiento, estaba deseando que me lo pidieras.

Le ayudé a quitarse los boxers y mientras él se los bajaba yo le daba lengüetazos en la punta de su pene.

Me echó hacia atrás en la tumbona y se hizo pasó abriéndome aun más las piernas introduciendo su pene dentro de mí. Al principio fue despacio, y fue aumentando sus embestidas mientras yo gemía y me retorcía de placer, le ayudaba moviendo mis caderas y agarrándole de las nalgas atrayéndolo hacia mí para sentirlo lo más profundo que pudiera. Él me chupaba y mordía mis pezones que estaban durísimos debido a mi excitación. Fue rebajando la intensidad y aproveché para ponerme encima suya y cabalgarle. Me movía de delante hacia atrás rozando mi clítoris contra él, aquello me volvía loca, él gemía y gruñía y me agarraba de las nalgas apretándomelas, de vez en cuando me soltaba algún que otro azote, aquello me hacía enloquecer y aumentaba el ritmo de mi cabalgata haciéndome gritar como una loca y llegando a un intenso orgasmo. El aguantando como un campeón, cuando notó las contracciones de mis músculos de la vagina tampoco aguantó mucho mas y derramo todo lo que llevaba dentro en mi.

Dando por finalizada la faena le besé con un húmedo beso y caí rendida sobre su pecho.

Continuará.


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