Carta de un ternero a su madre

Por
Enviado el , clasificado en Reflexiones
1512 visitas

Marcar como relato favorito

" Hola Mami.

Te escribo para preguntarte cómo estás, pero sobre todo para preguntarte por qué estoy yo aquí. ¿He hecho algo malo? ¿De verdad me porté tan mal? Recuerdo esos hombres...como me llevaron a la fuerza, golpeándome y gritándome para conseguir apartarme de ti...¿por que lo permitiste? Te quedaste ahí...mirándome con ojos tristes, pero ni si quiera intentaste evitarlo...tal vez porque no tenías fuerzas para moverte, o tal vez porque sabías que sería inútil.

Ahora estoy en un sitio muy pequeño y oscuro. La luz del sol no se ve aquí dentro porque no hay ventanas. Todos los días me dan de comer un pienso no muy apetitoso, pero que me llena, y cada vez me siento más gordo y pesado. A veces me cuesta incluso mantenerme de pie...

Cada día veo que se llevan a muchos compañeros míos, no se a dónde, o tal vez no quiero saberlo...aquí se respira un ambiente de tristeza, estrés, y sobre todo muerte...una muerte que sabes que va a llegar pero no cuando. 

Me gustaría estar junto a tí...que me acariciaras con tu cabeza y me tranquilizaras...me hicieras sentir seguro y protegido. Hacerte perder la paciencia con mis travesuras, como hacen todos los bebés con sus madres, que me regañaras, pero luego me perdonaras y volver a hacer de mis travesuras...

Unos hombres se están acercando a mí. Traen una cuerda, y parecen estar muy tensos, así que me voy a portar bien, no quiero que me golpeen otra vez. Me la han puesto en el cuello y me han sacado de mi "celda". No se dónde me llevan pero parece agradable. Vamos hacia una puerta por la que entra luz. ¡Es el Sol! ¡Me llevan a ver el Sol! Hace tanto tiempo que quería sentirlo de nuevo en mi pelaje...

Pero el paseo bajo el Sol ha sido corto, demasiado corto. Ahora quieren que entre a una especie de caja enorme sobre ruedas. Es un camión. Se parece mucho al camión en el que me trajeron aquí...No quiero volver a subir mamá. Me da miedo el destino. Pero tienen barras eléctricas que hacen mucho daño, así que finalmente me obligan a subir. Dentro hay muchos como yo, todos son machos, y todos tienen mucho miedo. Huele a heces. El camión comienza a moverse, y durante el trayecto me doy cuenta de la dura realidad, nos llevan a un matadero, es el fin de nuestra vida. Ni si quiera hemos vivido un año, y ya vamos a morir. Cada vez estamos más nerviosos, el conductor refunfuña enfadado por el movimiento y el ruido que hay atrás. Pero ninguno de nosotros quiere morir, estamos muy asustados.

Por desgracia llegamos pronto a nuestro destino. Con las barras electrificadas nos obligan a bajar del camión, y a caminar lenta y torpemente hacia nuestra propia muerte. Ya puedo oler la sangre, tengo tanto miedo...tiemblo tanto que apenas puedo caminar. Una vez dentro lo que veo casi me vuelve loco. Hay cadáveres colgados del techo, sangre en todas partes, trozos de terneritos...

Nos colocan en fila india, ya casi ha llegado mi turno...

Mamá, no se si nos veremos pronto o no. Solo quiero que sepas que te quiero y que te perdono. Sé que no podías hacer nada por mí. Pero nos volveremos a ver, en un lugar donde nadie nos separe, donde podamos correr juntos por un paraíso lleno de hierba y flores, y donde nadie me pueda arrebatar lo que solo a mí me pertenece...Te amo. "

 

Dedicado a todas las víctimas de la industria cárnica y láctea.

 

https://www.youtube.com/watch?v=GRdJs85lS-0   (Imágenes procedentes de la Industria Láctea)

 

https://www.youtube.com/watch?v=HMb_PsEnzXI    (Samuel, ternero del Santuario Gaia)


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed