De paseo por Alemania(parte 1)

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Esta historia es algo de lo que no me siento orgullosa pero tampoco siento culpa, a muchos les parecerá inapropiado y no lo entenderán,
pero no me arrepiento y lo haría y lo haré cuantas veces pueda.
La historia con Sergio comenzó hace más de 20 años, hemos sido amigos y nunca entablamos una relación amorosa, por diferentes causas aunque siempre
he sentido que nos atraemos, pero las circunstancias nunca fueron favorables, sin embargo siempre nos hemos mantenido cercanos,
disfrutamos mucho el tiempo juntos, tenemos intereses en común, tenemos gustos parecidos.
Durante unas vacaciones laborales forzadas, decidí empezar a viajar e ir a visitar algunos amigos, así llegué a Barcelona, estando ahí por
coincidencia me enteré que Sergio andaba en viaje de trabajo en Alemania, y en la plática me invito a ir, ofreciéndome hospedaje en una de las ciudades
de la Baviera alemana y un fin de semana de visita a Praga, esos eran sus planes y me parecieron interesantes.
Me decidí y arreglé mi viaje para alcanzarlo, nos quedamos de ver en la estación de tren y ahí nos trasladamos al hotel, el había informado al hotel que su
esposa lo alcanzaría en su viaje de negocios, de esa manera yo me ahorraba el hospedaje y el desayuno de todos los días. Durante el trayecto al hotel platicamos,
cuando de repente el me dice, solo hay un problema, el cuarto solo tiene una cama, es grande, espero no tengas problema en dormir conmigo, me tomo
un poco de sorpresa pero le dije que no había problema, digo en otras ocasiones y reuniones ya había dormido con amigos y no significaba tener sexo.
Llegamos al hotel hermoso de arquitectura muy europea, casi parecía un palacio. Me presento en la administración como su esposa para tener acceso
a todos los servicio del hotel. Llegando al cuarto vi que a pesar de ser un cuarto lujoso era pequeño y solo había una cama como me había dicho.
Después de instalarme me comentó que la ciudad tenía varias atracciones que yo podía visitar mientras el estaba en la oficina, y que su jefe le había
regalado algunos pases a los sitios atractivos de la ciudad, todo apuntaba a que sería una buena semana y lo mejor sin que yo gastara mucho.
Al prepararnos para dormir me dí cuanta que no empaque la pijama, le comenté a Sergio y el me prestó una playera y unos boxers, mientras me cambiaba
me dí cuenta de que la ropa tenía su olor, y por un instante sentí un gran comfort y caí en la cuenta que estaba a solas con él después de mucho tiempo.
Caí rendida esa noche, al despertar en la mañana me sentía muy bien, muy contenta, Sergio se estaba arreglando ya par ir a trabajar, se acerco a mi y me
dio un beso de buenos días, me dijo que ya se iba, que desayunara en el hotel y que nos veíamos en la tarde. La mañana fue excelente conocí varios lugares
estaba encantada con la ciudad, en la tarde regresé al hotel a esperar a Sergio, en cuanto llegó me preguntó si no estaba muy cansada para ir a otro lugar a conocer y luego a
cenar, le dije que no y salimos, durante la visita y la cena nos fuimos conectando cada vez más.
De regreso en la habitación, me percate que Sergio me miraba con mucha atención y eso me excitó un poco, yo también empezaba a mirarle diferente a dejarme
llevar por una atracción que siempre había estado ahí, decidí dejarme llevar un poco y le deje ver un poco de mi, mientras me cambiaba y me ponía su
ropa le dejé verme en mi ropa interior como sin querer, confirme que el no me quitaba los ojos de encima y me prendió un poco más, pero tuve que
contenerme pues no estaba realmente segura de lo que significaba. Dormimos y al siguiente día la misma rutina el fue al trabajo yo de turista y en la tarde visitamos
un par de lugares y fuimos a cenar. Al regresar entre la plática le comenté que ese día había caminado mucho y que me dolían un poco las piernas,
que probablemente al siguiente día no saldría y descansaría en el hotel.

Al llegar al cuarto me cambie y mientras nos preparábamos para dormir, Sergio me preguntó que como seguían mis piernas, contesté que las sentía cansadas y adoloridas, él me preguntó crees que un masaje te ayude?, lo pensé un poco y acepté, me dijo recuéstate en la cama
pegada a la orilla, lo hice, entonces el tomó la crema, la calentó en sus manos y empezó a darme masaje en los pies, debo admitir que sabía lo que hacía, la sensación de
alivio y confort era exquisita, subió a mis pantorrillas y estaba yo encantada, cerré mis ojos y me dejé ir, sus manos se sentían fuertes y trataban mis músculos con delicadeza.
Subió a mis muslos, y sentí un leve temblor de sus manos, estaba nervioso, pero rápidamente recupero la firmeza y sus mágicas manos continuaron el masaje mientras quitaban el dolor
y el cansancio de mis piernas. Mientra subía y se acercaba a mi pubis sentí que de masaje se transformaban en caricias y atrevidamente metía sus manos debajo del boxer hasta tocar
mi bikini, yo seguía con lo ojos cerrados, sintiendo excitación pero controlándola pues no estaba segura de que quería. Sergio paro el masaje, y me pidió que me volteara para masajear
la parte posterior de mis piernas, no sabía si hacerlo, pero me voltee, y empezó nuevamente el masaje en mis pies, subiendo lentamente hasta mis nalgas, ahí nuevamente sentí su temblor mientras
acariciaba hasta el inicio de mi ropa interior, disfrutaba la situación pero sin saber que hacer, a continuación, me preguntó, que tal la espalda, te gustaría un masaje, solo pude asentir
mientras me debatía entre lo que deseaba hacer, una parte de mi me decía páralo y otro me decía déjalo, disfrútalo y llévalo a las últimas consecuencias.

El masaje en la espalda fue una delicia me relajo y me transportó a otro mundo, donde yo me preguntaba si esa era solo con un masaje, a donde me podría llevar si me entregaba a la pasión
que me comenzaba a devorar. Creo que el notó algo en mí, pues en ese momento comenzó a acariciar, más que masajear, mis costados moviendo sus manos hacia mis pechos, yo me decidí y levanté
un poco mi cuerpo para que accesará completamente a ellos, él lo entendió y comenzó a acariciar mis pechos suavemente, delicadamente, mi cuerpo respondió inmediatamente, sentí como mis pezones se elevaban
y endurecían bajo las mágicas manos que los estimulaban, mientras su boca recorría mi cuello y mi espalda. Me moví para voltearme y nuestros labios como un par de imanes se
juntaron en un beso lleno de pasión. No podía creerlo sus besos y sus caricias me tenían en otro mundo, mientras yo también disfrutaba acariciar su cuerpo, su espalda, su pecho, su cara
que en ese momento eran todos míos. La pasión que desbordaba combinada con una gran delicadeza, me tenían sorprendida.


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