Obsesionado con la cuñada (parte 5/5 GRAN FINAL)

Por
Enviado el , clasificado en Adultos / eróticos
14926 visitas

Marcar como relato favorito

La verdad siempre brilla, aunque sea en las sombras. Resulta que efectivamente Mario y Pamela están de pareja, y los atentados vividos hace unos meses fueron ocasionados por los tres sujetos que Sebastián había visto, el propósito de todo todavía es un misterio. Pero la jornada laboral ya había terminado.

Era de noche. El silencio, profundo, provocaba un temor en él, ya que a pesar de que la luz se escondió entre las sombras, todavía era temprano. No soplaba el viento y todo se encontraba en relativa calma. Sin embargo, ocasionalmente se escuchaba su agitado respirar, que tuvo que subir las escaleras, debido a que el elevador estaba averiado. Hacía rato que notaba cada fibra de la camisa pegado a su piel y la corbata se le había transformado en una boa constrictor, viciosa sádica que se negaba a aflojar a pesar de su múltiples tirones. Encima, un olor dulzón se había metido en su nariz. Ya faltaba poco por llegar, y esperaba el recibimiento de Lucía.

Cuando abrió la puerta con la única que se encontró fue Laura. Que llevaba sus calzones y una camiseta blanca bien ajustada, que marcaba sus pechos completamente desnudos, sin sostén.

-Y ¿Lucía?- preguntó

-Dijo que tenía que presentar un trabajo, por lo que va a llegar un poco más tarde-respondió su cuñada.

-Está bien- dijo comenzando la trayectoria hacia su dormitorio.

-Espera

-Que

-Estoy desesperada. De hace meses que no tengo sexo... y... bueno aprovechando que Lucía no está podríamos divertirnos-dijo colocando la mano de Sebastián en su pecho.

-No puedo.

-¡Vamos! Ya no soy tu cuñada, y además soy solo 6 años mayor que tú.

-Bueno quizás podría pensarlo- dijo colocando sus manos en la cintura de su ex cuñada.

Antes de que se diera cuenta, la empujó sobre el sofá. Se había excitado tanto, que en segundos ya lo tenía forcejeando entre sus piernas. Ella pensabas que lo lastimaría. Porque no le dio tiempo de humedecerse. Pero no fue así. Porque le excitó tanto su arrebato. Y ya estaba disfrutando sus entradas y salidas con las piernas lo más abiertas posibles. Esta vez, no se fue, pero sintió cuando él lo consiguió. Y aun jadeaba y se recuperaba cuando escuchó la puerta abrirse.

- ¡Sebastián!- dijo la voz acercándose al lugar donde se estaba realizando el acto. Llevaba puesto mi falda de tubo corta de color negro, que marcaba la gran curva de su culo duro y una camisa blanca que transparenta su sujetador negro.

- Discúlpame, no fue mi intención dañarte.

- Cálmate, esta es una forma de agradecerte lo mucho que me has ayudado.

- ¿Que...-dijo, pero fue interrumpido por un apasionado beso de lucía.

Rápidamente la nueva integrante del trío, se despojó de sus prendas, y se recostó mientras acariciaba y masturbaba a su amor. Laura le quitó la camisa y así pudo contemplar esos cuadrados con los que tantas veces había imaginado lamer, para después bajar hasta llegar a su miembro, endurecido como piedra. Mientras Lucía seguía besando a Sebastián, y éste pasaba su mano por su coñito e introdujo ligeramente uno de sus dedos en su vagina, sacándolo después para meterlo en la boca de ella y así poder saborearlo. Fue bajando hacia mis pechos y a su vez fue acariciándolos y apretándolos delicadamente. Después comenzó a acariciar sus senos. Se centró primero en uno de sus pezones y empezó a juguetear con su lengua con él y luego hizo lo mismo con el otro. Ella se retorcía y gemía de placer. Estaba deseando que la follara en ese mismo instante, pero siguió jugando un poco más.

Estaban los tres fundidos del placer, deseosos del sexo que proyectaba su imagen, esa fiereza que les llevaba a estar de nuevo calientes. Él era el león que habitaba en aquel el nido cachondo.

Por otro lado lex cuñada deslizaba mi lengua por la punta y lo iba embadurnando con su saliva mientras lo acariciaba, él gemía de placer y eso le ponía a cien, me lo introdujo de nuevo en la boca todo lo que pudo y Sebastián le cogía la cabeza para realizarle la felación. Ella movía la cabeza de arriba abajo y apretaba sus labios con fuerza mientras él se estremecía, hasta soltar su cálido líquido.

En ese momento retornaron las caricias suaves en busca de una reposición. Laura comenzó a besar a Sebastián, cuando se dio cuenta de que su miembro volvía a crecer. Entonces ésta se colocó en cuatro, él se puso sobre ella y la penetró. Su pecho estaba apoyado sobre su espalda y su polla entraba y salía lentamente. Llevó una de sus manos entre sus piernas y le acariciaba el clítoris despacio y suavemente. A la vez ella se mordía el labio y no podía evitar que se me erizase la piel. Al mismo tiempo Lucía estaba tocándose mientras miraba la escena.

Después de terminar Sebastián decidió descansar. Pero las mujeres estaban tan calientes, que se comenzaron a besar, acariciándose y transportándose a otro mundo. Al final las dos emitieron dos profundos chirridos, dejando todo el sofá mojado. Cuando Lucía volvió a la realidad, dijo que se iba al cuarto.

Sebastián recogiendo sus prendas la siguió.

En el dormitorio Lucía le dijo:

-Nunca más.

-¿Por qué? Creía que te había gustado.

-No quiero compartirte con nadie más. Además estoy muy cansada y quiero dormir.

Sebastián no estaba cansado.

-Está bien. Voy al baño- al darse cuenta se dio cuenta de que ella ya estaba dormida.

Entonces fue a ver si tenía suerte con Laura. Iba caminando hacia el sofá cuando ésta se aparece detrás suyo, susurrándole:

-Crees que hemos terminado.

Sebastián sonrió, ya que era eso lo que quería escuchar.

Se tumbaron desnudos en el sofá. La subió sobre él y la empujó para que se quedase totalmente recta. Ella subía y bajaba, mientras él continuaba con su mano entre sus piernas. Se corrió gritando, pero él todavía no paraba.

Sin dejar de follarla su puso de pie recostándola a la pared? Lo hacía como un loco, arrancándole a la garganta de ella muchos gemidos y palabras sucias que nunca imaginó decir? Cada embestida más fuerte que la anterior, cada gemido con más intensidad que el anterior? Hasta que su orgasmo apareció y le hizo gritar su nombre, no pasó mucho para que él también acabara.

Preocupado, acudió a la habitación, pero a su suerte, Lucía no había despertado.

----Fin-----


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed