Una excitante sorpresa 4/7

Por
Enviado el , clasificado en Adultos / eróticos
4930 visitas

Marcar como relato favorito

Reconozco que no esperaba esa respuesta, la fantasía ya estaba cumplida y por un momento no me gusto que dijeras que sí, me dio celos, no quería que lo volvieras a hacer, pero al instante me puse a pensar que no podía ser tan egoísta. Tu solo querías estar conmigo y solo por excitarme y ofrecerme algo distinto habías permitido que hicieran de tu cuerpo un juguete alguien que no se quién era, quizás un compañero de tu trabajo, quizás alguien que te cruzabas los mediodías a la hora de almorzar, alguien que fuera a tu gimnasio, o alguien que cada día veías en el autobús, quizás alguien de tu clase de yoga o simplemente era un desconocido, uno más de esos tantos que te dicen cosas bonitas por la calle, aunque por su estado atlético supongo yo que sería alguien del gimnasio o tu clase de yoga, no creo que fuera de la piscina porque sino hubieras visto que no tenía pelos. Pero fuera quien fuera el hecho era que pensaste en contentarme y dejaste que alguien que no te interesaba se diera placer con tu cuerpo y era justo que si habías gozado ahora te tocara disfrutar más de él, así que aunque seguía sintiendo un poco de celos ya no eran tantos, y habiendo hecho por mí eso que hiciste merecías que te deje hacerlo ahora por ti.

 

Pero estando en la oscuridad no veías si mi cara era ahora de aprobación o desaprobación y en esas circunstancias solo había una manera de averiguarlo en tu cabeza y era dejándote llevar y luego ya te enterarías, así que seguías mirándolo con cara lujuriosa y continuabas diciéndole ?siii, siii, siiii- El sonrió con tu respuesta y con la contundencia de la misma y se abrió levemente de piernas ofreciéndote todo lo que tenía.

 

Sobre su pierna izquierda reposaba su polla, ya no estaba tan dura como antes de correrse, se notaba que estaba un poco más flácida, pero no había perdido ni un centímetro de su tamaño. Te acostaste entre sus piernas apoyándote ligeramente en su pierna izquierda y con tu mano tomaste su polla por la base, cuando te disponías a levantarla lentamente notaste un hilito que la unía a su pierna, era un hilito de sus últimas gotitas de leche que cayeron es su muslo. Te lo quedaste mirando, te gustaba mucho jugar con mi lechita normalmente y ya había comprobado que la de él la habías disfrutado mucho también, tu concentración hacía creer que estudiabas o analizabas detenidamente ese hilito y tu curiosidad llevo a tu otra mano a hacerle pruebas de tensión hasta que finalmente termino cortándose.

 

Mirabas su polla como hipnotizada mientras con la mano que la sostenías intentabas dejarla en la posición que estaba cuando la tenía bien dura, con tu otra mano envolviste su cabeza y con un movimiento quitaste la lechita que tenía en ella que se acumuló al estar apoyada en la pierna. Entonces sabiendo que te encantaba jugar con los fluidos pero que nunca habías querido tragarte mi lechita entendí que estabas limpiando su polla para volver a comértela. Abriste tu mano y como si fuera magia ahora esos hilitos se extendían en la palma de tu mano, eso te gustaba, ya no le prestabas atención a su carne sino que jugabas con tu mano y no dejabas de vértela, luego de comprobar varias veces su viscosidad te lo quedaste mirando a el a los ojos y tras un instante abriste tu boca, sacaste un poco la lengua, pero en lugar de lamerle la cabeza de su polla limpia recorriste la palma de tu mano de un solo lametazo.

 

Creo que excepto para él fue un momento nuevo para los dos, para ti porque estabas saboreando algo nuevo y para mí porque te estaba viendo hacer con otro algo que nunca me habías querido hacer y él ni siquiera te había pedido que lo hagas, supongo que habrías pensado en que un día es un día, o quizás actuaste sin pensar de tanta excitación que todo eso nuevo te producía.

 

Se notaba en tu cara que te había gustado lo que habias probado, le sonreíste y al instante tu mirada se fue a las gotitas de leche que le quedaban aun en su pierna, te acercaste a ellas y besando muy suavemente su muslo absorviste el ultimo rastro de haberse dado placer contigo que quedaba sobre su cuerpo, volviste a mirarlo a los ojos y le dijiste ? mas, quiero mas- abriste tu boca y metiste en ella apenas la puntita de su polla, se veía como chupabas intentando exprimirla mientras con la mano que la sostenias comenzabas a pajearlo, no comenzaste de una manera suave para ir incrementando la intensidad sino que comenzaste pajeandolo con unos movimientos muy rapidos agarrando su polla muy fuertemente. Podía ver como su polla muy rápidamente volvia a tomar fuerza y a levantarse poniéndose en la posición que tanto deseabas que estuviera.

 

Acostada entre sus piernas, mientras volvías a poner en funcionamiento su herramienta habias separado una de tus piernas pasándola por encima de su pierna derecha y comenzaste a mover tu pelvis, se notaba que estabas frotando tu clítoris con su pie para tener bien preparadito tu coñito, parecía que no querias demorarte en entregárselo, sacaste de tu boca su polla. Con tu lengua, con la puntita de ella recorriste su polla desde la cabecita pelada hasta la base, ibas descubriendo con el tacto de tu lengua cada uno de sus muchos pliegues y todas sus venas que ya estaban muy gorditas y marcadas otra vez y luego volviste a repasar el terreno hasta llegar a la cabeza otra vez, besaste delicadamente su hoyito un par de veces como tanto disfrutabas haciendo y sacaste otra vez tu lengua para intentar hurgar en el, bajaste otra vez con tu lengua hasta la base, pero esta vez por la parte inferior del pene, al llegar abriste grande la boca y metiste sus huevos en ella y comenzaste a chuparlos mientras tu mano volvía a pajearlo con rudeza.

 

Su cara denotaba todo el placer que le estabas haciendo sentir, pero parece que el quería mas, porque te quito de su polla tu mano y te tomo otra vez del cabello, no creo que supiera previamente a este encuentro que estaban teniendo cuanto te gustaba ser controlada y tratada como un juguete sexual, pero viendo que otra vez te manejaba de los pelos note que lo estaba descubriendo rápidamente, los tres disfrutábamos de que te tratara asi. De los pelos te acerco a el y ahora era contra su polla que frotabas tu coñito, el cual ya volvía a estar húmedo pidiendo ser abordado. (...)


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed