RECUERDOS DE UNA TARDE CUALQUIERA

Por
Enviado el , clasificado en Adultos / eróticos
9253 visitas

Marcar como relato favorito

De sólo recordarte mi cuerpo se enciende... 

Ese día llegaste a mi casa... Abrí la puerta, pasaste y te pedí un momento para terminar el trabajo que hacía. 

Recuerdo ese momento en el que me tomaste por la espalda justo cuando estaba de pie cerrando sesión en mi lap... Te acercaste a mí sigilosamente, me envolviste en un abrazo besando ni cuello, jugando con tus manos en mi pecho y no me permitiste voltear. 

Cada uno de mis vellos se erizaron de placer del roce de tu boca, de tu tacto... Como pude voltee a mirarte y me llevaste al sillón más cercano, quitaste mi blusa, sacaste mis pezones del bra que aún los contenía y comenzaste a lamerme. 

Me hiciste gemir con tus sabias manos y tus cálidos labios presos de mi piel... Me desabroché el pantalón y monté en ti. Como una posesa de tu carne comencé a comerte a besos, a lamer todo tu cuerpo, a estremecerme del placer que me causabas.
Y tú mirándome gozar, escuchándome gemir y pedir más de ti.

En una pausa decidiste que nos fuéramos a un lugar más cómodo y la cama esperando por nosotros nos llamó a ello.

Ella fue el testigo fiel de lo que hicimos, de cómo tus caricias y las mías nos llevaron al cielo y al infierno alternativamente, de lo "cachonda" que me pones y de lo mucho que gozas conmigo ahí, así.

Una y otra vez hiciste temblar mi cuerpo y desbordarme de placer, esa lluvia de mis labios que disfrutabas haciendo brotar hasta inundar mi cama, y lo mucho que mis labios gozaban saboreándote, lamiendo lento todo tu delicioso cuerpo... 

Tocaba mi turno de hacerte sufrir un poquito, de llevarte a casi estallar y detener mi boca en tu delicioso miembro erecto, combinar tu sabor con un dulce de menta fue una delicia, para ti una nueva sensación que otras veces pediste repetir, para mí, el mayor de los placeres pues tu exquisito sabor me hace llegar al nirvana y no querer regresar.

Jugamos un buen rato, alternando caricias, posiciones, charlas, miradas.... Y en cada beso dado de mi boca, en cada roce de mis manos brindado a tu cuerpo, en cada bienvenida a tu miembro enterrando cada vez más profundo, en cada una de tus embestidas, en cada grito de placer te entregué todo mi ser, mi mente, mi alma, mi cuerpo, mi corazón... 

Cada uno de esos instantes fue decir "TE AMO", te amo sólo a ti... Soy tuya para siempre por elección y con convicción. 

¡TE AMO! y nada más.

Malu Ramírez


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed