Y tú, ¿Qué harías en mi lugar?

Y tú, ¿qué harías en mi lugar? ¿qué decisión tomarías? ¿Cómo resolverías esto? ¿Qué harías en esta situación? ¿Qué le puedo decir? ¿Qué puedo hacer?, son preguntas habituales que les solemos proponer a nuestras amistades cuando hemos de gestionar una situación o hecho que ocurre en nuestras vidas.

En este punto, nuestras amistades, con la mejor de sus intenciones, intentan ayudarnos con sus opiniones, reflexionando lo que ellos harían en nuestro lugar, dándonos sus mejores consejos sobre lo que hay y lo que no hay que hacer, ..., asumiendo la responsabilidad y el ejercicio sobre la cuestión en sí.

Sin embargo, el ejercicio, en este caso, no le corresponde a ellos, sino a nosotros. El ejercicio de observar, de explorar la situación y a nosotros mismos, de ampliar nuestra perspectivas, de ver qué emociones están implicadas y gestionarlas, de cuál es la coherencia con nuestros valores, con lo que es importante para nosotros, ... En este sentido, lo que pido a mis amistades es que me ayuden a hacer esta exploración, ¿Qué es importante para ti? ¿Qué quieres? ¿Qué opciones estás valorando? ¿Qué otras posibilidades hay? ¿Cuál es la más alineada con tus valores y quien tú eres? ¿Qué harías si te sintieses totalmente libre? ¿Cómo te sientes al llevar a cabo esta decisión?.

Ayúdame a explorar, a observar, a tomar consciencia,... para que pueda pensar, decidir y hacer siendo coherente con quien soy, desde la serenidad y el equilibrio, y con el empuje y la valentía que mi reto requiere.