Tres hombres en función de mi placer

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Un fuerte dolor en la cabeza producto del exceso de alcohol me obligó a abrir los ojos. Me encontraba en un cuarto enorme de color blanco, con un estilo moderno, una cama grande que abrazaba mi cuerpo y con solo una sábana de seda un tanto pegajosa cubriéndome.

Caigo en cuenta de que estoy desnuda y siento fuertes contracciones en mi sexo y ano. Al acomodarme en el lecho me percato de que no estoy sola, a mi lado siguen dormidos Luis Miguel, David y Juan Camilo.

"Hijo de puta... ¿Qué hiciste Vanessa?", me pregunto mientras flashbacks vienen a mi cabeza. Pienso en vergas, sexo duro y en tres hombres pervertidos follando todos mis huecos sin piedad.

"Me convertí en la puta de mi primo Juan y en sus dos amigos"... me doy cuenta sorprendida no de lo que hice, sino del placer que provoca en mí saber que me convertí en la perrita de tres degenerados.

Mi mente se transportó a las 12 de la medianoche después de un día de fiesta, alberca, infinidad de cervezas y tequila. Juan me alentó a tirarme a la piscina en donde estaba con David y Luis. Mi primo me cargó dentro del agua y quiso darme lecciones de natación, mientras me sostenía, uno de sus dedos rozó -según él- por accidente mi vagina.

"Perdón Vane", dijo un tanto irónico, mientras yo lo miraba mordiendo mi labio inferior.

"No, más bien continúa... sentí muy rico", le respondí con picardía.

Juan corrió a un lado mi tanga y no metió uno, sino dos dedos dentro de mi conchita comenzando a moverlos con fuerza de arriba abajo, mirando fijo a mi cara.

"Mmmm estás depiladita... tienes el coño apretado y mojado primita... eres una perrita deliciosa", me calentaba el pendejo, a la vez que disfrutaba de su trabajo manual.

En frente de nosotros estaban sus amigos quienes nos miraban cachondos y con ganas de entrar...

"¿Te importa si invitamos a tus compañeros?", le pregunté con voz inocente, hecho que lo provocó más.

"Al contrario Vanessa, los tres estamos locos por follarte desde que llegaste con ese vestido de baño de dos piezas, en el que se te marca la panochona (vulva) y tus teticas", afirmó.

Con una mirada pícara invité a David y a Luis Miguel a tocarme, mientras mi lengua aún seguía dentro de la boca de mi primito y él con sus manos me quitaba el traje de baño, quedando desnuda a la merced de tres fortachones de 27 años de edad, guapos como dioses griegos, amantes del gimnasio y con unas pollas inmensas

Juan me llevó a la orilla de la piscina mientras sus manos buscaban mis tetas, sus dedos apretaron y tiraron de mis pezones, proporcionándome un placer que conectaba directo con mi coño y lo estremecía. Los amigos de mi primo primero jugaron de espectadores, David con una sonrisa y Luis Miguel sosteniendo una botella de tequila, a la cual daba sorbos de vez en cuando. "¡Oh!.. Por favor únanse a nosotros", les supliqué entre jadeos.

Cuando mi primo me comía la boca con brutalidad, David se acercó, chupó y mordió mis teticas de niña de 20 años como queriendo arrancar mis picos, el hijo de puta me apretaba los senos tanto que sus grandes manos se marcaban en mi piel.

Después continuó Luis Miguel, quien me abrió las piernas y metió su lengua en mi hueco húmedo. El muy pendejo era tan bueno comiéndose mi clítoris que podía sentir cómo bajaba el flujo de mis jugos "¡Ayyyyy? siiiiiii! ¡Eso... que lengua tan rica... oh, oh, oh!", lo motivaba para que me mamara la concha con más fuerza.

Juan me sorprendió con su verga y la metió en mi boca de golpe. La succioné y me la tragué hasta el fondo, estaba perfecta, rica, grande, babosita y con el mejor sabor. La seguí chupando hasta que mi mano derecha fue sorprendida con otro pedazo de carne gorda: era la polla de David, que a duras penas cabía en mi mano. La apreté con fuerza y la masturbé, a la vez que acababa el oral para Juan. Llegó el turno de David, le presté la misma atención a su polla con mi boquita, jugando con su hueco y mordisqueando su cabeza, mientras manoseaba la pinga de Juan.

Luis Miguel me sobresaltó haciendo espacio en mi boca y metiendo la botella para que disfrutara del trago. Estaba caliente y le daba un gusto magnífico a los penes que me mamaba. No asimilaba el sabor del tequila cuando algo duro entró en mi coño con fuerza y me hizo gritar. Era el frasco de tequila que me reventaba la concha. Luis lo empujaba sin piedad. "Ay, ay, qué rica la botella... ¿Está tapada?.. ¡Qué delicia!", exclamé sucumbiendo a lo morboso de la escena y entregándome al primer orgasmo.

La imagen de la garrafa en mi concha fue suficiente para David, pues estalló en placer y derramo su leche calientica en mi boca, la cual me saboreé.

"Vamos para mi cuarto... es hora de follarte", dijo Juan, cargándome. Me tiró en la cama boca abajo y levantó mi pequeño culo en cuatro, sacudió varias veces su polla en mi clítoris, agarró mis caderas y me clavó delicioso. Por su parte, Luis mantenía mi boca ocupada con su polla y David dilataba mi ano con sus dedos.

"Es hora de comer un rico sándwich", comentó ansioso David. No le entendí pero me subí a horcajadas sobre él y me la metió en mi conchita, percibí a lo que se refería cuando Luis despacio introdujo su pingota en mi culito. La sensación de tener dos vergas adentro y la de Juan en la boca era maravillosa, me sentía llena, completa y la idea de tres hombres en función de mi placer me desquiciaba. "Ohhhh, ya comprendo lo del sándwich... fóllenme como si me fueran a destruir el culo y coño... ah, que ricio... siiii... sigan... ahhhh", les rogaba con voz de puta hambrienta, mientras mis tetas se campaneaban en la cara de David y él aprovechaba para morderlas y hacerme chupones.

Llegó el tiempo de rotar y Juan probó mi apretado ano de espaldas, David en mi panochita calientica de frente y Luis la boca. De nuevo fulminaban mis huequitos a tal punto que meé (squirt) a mis depravados amantes en medio de convulsiones y gritos de placer.

"Ahhhh sabes rico", recalcó David terminando dentro de mi coñito entre gruñidos. Luis aprovechó mi desocupada concha para salir de mi boca, hundirme su trozo de carne y descargar su leche dentro de mí al cabo de varias embestidas. Las clavadas por el culo de Juan hacían que el semen que tenía en mi chuchita se derramara y al final mi primito me chorreó el ano con esperma.

En últimas, los cuatro quedamos rendidos entre las sábanas de la gran cama y así termina mi flashback... de vuelta al mundo real, miro hacia un lado y noto cómo la verga de Juan Camilo crece mientras duerme... y yo tengo ganas de revivir la triple follada.


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