Haciendo el amor delante de nuestro vecino

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Sergio vivía en el piso de arriba y nos visitaba bastante seguido. Era divertido y una noche vino con su novia y jugamos a las prendas, eso de que uno se va quitando una prenda cada vez que se equivoca. Pero en general, iba solo y de a poco fue saliendo la conversación de hacer algo de a tres. Mi marido quería que hiciéramos un trío, pues su gran fantasía siempre fue verme con otro en la cama, pero yo no estaba segura de llegar a tanto. Mostrar mi sexo ya lo había hecho, ver el sexo de otro también. En los juegos de prenda les había visto el pene a tres de sus amigos y por dos me había dejado ver todo, eso me gustaba, pero tener relaciones... De todos modos, fuimos hablando y un sábado a la noche dejamos a las nenas en casa de mi madre y fuimos con Sergio a bailar. El juego consistía en que ninguno de los tres llevaba ropa interior y que yo bailaría un rato con cada uno. Estuvo bueno, fue excitante y como yo llevaba un vestido de algodón sin nada abajo, me resultaba muy agradable el contacto corporal y las caricias fueron subiendo de tono y el bulto de Sergio me encantó, era el símbolo de mi éxito sexual. Como a las tres de la mañana volvimos al departamento a beber champagne y continuamos bailando en el living con poca luz y ellos se desnudaron y las caricias fueron en aumento. Yo acariciaba todo el cuerpo de mi marido y a Sergio le palpaba el pene, para conocérselo. No era grande, pero estaba duro y era lindo sentirlo en mi panza, cuando me abrazaba para bailar. Después de bailar y excitarnos, fuimos al dormitorio, yo me quité el vestido y jugamos los tres en la cama. Me acosté con las piernas bien abiertas y disfruté la cara de Sergio mirando mi vagina, deseándola. Jugamos a que me besaba un rato cada uno y mi marido le mostró cómo era capaz de introducir toda la lengua en mi ano y yo mostré cómo era capaz de recibir la mitad de su enorme pene en mi boca, pero no me animé a chupar el pene de Sergio, sólo se lo acaricié un poco y luego ya comenzamos a hacer el amor con mi marido, para que Sergio nos viera. Gocé bien y vi a Sergio eyacular esa noche y luego nos bañamos los tres juntos, regresamos a la cama y Sergio trató de montarme, pero no dejé que me penetrara. Volví a hacer el amor con mi marido (Sergio acabó de nuevo mirando) y como a las seis de la mañana nos despedimos. Realmente me había gustado hacerlo, disfruté que me vieran, pero hacerlo con otro...no todavía.


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