Tríos con mi marido, la mejor de las experiencias

Yo tenía 20 años la primera vez que hicimos un trío y 30, la última vez. En esos años conocí el placer más intenso que se puede tener, sexualmente hablando, porque no hay morbo más grande que planificar un encuentro sexual con un tercero, hablar de los detalles, esperar a que llegue el día... Tuve la suerte de ser una chica bonita y de gustar mucho a los hombres, de modo que nunca nos faltaron candidatos. Mi marido me preguntaba ¿qué te parece con fulano? y yo le decía si aceptaba o no. Generalmente lo hacíamos en casa, o íbamos a un motel, pero antes nos poníamos de acuerdo con el invitado, quien iba sabiendo que no podría penetrar y que haría lo que yo fuera deseando, lo que podía ser mucho...o nada. Con algunos hombres no me excité y todo lo que hicimos fue estar desnudos un rato, nada más que para vernos. A algunos no se les paraba al principio, pero después de un rato, sin excepción, todos me desearon y me ofrecieron una erección y la mayoría de las veces, una gran eyaculación. A mí me gustaba mucho más hacerlo con amigos, porque me sentía cómoda con ellos y porque me deseaban desde mucho tiempo antes de ir a la cama. Con los amigos yo me excitaba bien y gozaba si me hacían sexo oral, gozaba realmente. A algunos les hice sexo oral, pero nunca completo. A todos los vi acabar y a los que eran más íntimos los dejaba montarme, pero yo con la bombacha puesta, era casi como hacer el amor y ellos acababan hermoso, era más lindo. Pero con la mayoría sólo era desnudarse y ellos miraban cómo yo hacía el amor con mi marido, eso era todo, pero igual era lindo. En todos esos años, traté de que mi marido invitara a un amigo suyo que me gustaba, me gustaba en serio y yo quería hacerlo con él, pero mi marido no quiso, bueno, aceptó al final y ese fue el último trío que hicimos y el mejor de todos. Creo que le dieron celos, porque fue el único con el que quise hacer el amor y lo hice, pero yo ya tenía 30 años y nuestro matrimonio ya no andaba tan bien y empezábamos la cuesta abajo hacia el divorcio, que vendría un par de años después.