El Mirador de la Ciudad PARTE 3

Por
Enviado el , clasificado en Adultos / eróticos
5709 visitas

Marcar como relato favorito

Parte 3

Encima del capo de mi coche con tus piernas al aire podía ver como tu vagina y tu ano se contraían y se relajaban después de varios minutos de trance, pero no dejaban de escurrir delicioso fluido. Apenas podías hablar, y me dijiste con voz temblorosa: "ahora te toca a ti". Te deslizaste por el capó de mi coche y bajaste a la altura de mi cintura. Me liberaste de esa prisión en la que estaba mi monumental erección y bajaste mi pantalón y mi bóxer. Con tus dos manos acariciando mi vientre comenzaste a jugar con mi glande en medio de tus labios mojados de saliva caliente, con la punta de tu lengua lamías el orificio de mi uretra donde ya salida una pre-eyaculación que te pareció exquisita y tenía sabor a naranja y manzana con leve fondo a almendra.

Luego tus labios llegaron a la mitad de mi pene dentro de tu boca, y con tu lengua comenzaste a hacer círculos en mi glande, provocando la producción de más saliva caliente. Poco a poco mi largo pene comenzó a llegar al fondo de tu boca y tu comenzaste a empujarlo dentro de tu garganta; y con tremenda practica lo hundiste todo en ella para usar tu lengua para acariciar mis testículos y mojarlos con mucha saliva. Yo tenía la espalda arqueada de placer y viendo el cielo estrellado sentía ya no poder contenerme. La luz de mi coche iluminaba perfectamente la escena y podía ver como arremetías con movimientos enteros mi pene hasta el fondo de tu garganta. Fue el mejor sexo oral que tuve. Pero no me quería correr en tu boca y tu garganta, yo tenía otros planes. Después de tremenda mamada, te puse sobre tu pecho sobre el capo de mi Chevy V10 y levante tu falda. Tus hermosos glúteos muy bien formado y con tamaño perfecto se dejaban masajear de mis manos, dándote unas pequeñas nalgadas comenzaste a gemir otra vez y a lubricar de nueva la ya empapada y preciosa vagina con sus labios bien abiertos y el clítoris palpitando.

Puse el tronco de mi pene muy erecto sobre tu vagina y empuje mi glande para tocar tu ano, tus labios estaban muy abiertos y lubricados abrazando mi pene como si no lo quisieran dejar ir e invitándolo a entrar muy profundo. Comencé a acariciar de arriba abajo to vagina y tu ano con mi pene, como un experto violinista para mojar la entereza de mi miembro con tus fluidos. Al estar enteramente mojado puse mi glande a la entrada de tu vagina, al cual se miraba diminuta en comparación con mi enorme pene. Metí la mitad de mi glande nada más, y lo saque, hice unos círculos en tus labios y metí el glande entero en tu vagina; te estremeciste y gemiste pidiéndome más, tu ano se abrió levemente al sentir mi glande dentro de tu vagina y dejo entrar parte de tu fluido vagina que posaba fuera, como lubricando la entrada de aquel apretado lugar. Mi glande se sentía muy apretado por tu pequeña vagina y decidí dejarlo un momento ahí dentro, solo el glande, mientras acariciaba tu hermoso ano, mojado y lubricado esperándome para el rato después. Poco a poco comencé a meter el resto de mi miembro sintiendo cada vena de este entrar dentro de ti y sintiendo cada milímetro que me aprieta tu vagina mientras avanzo dentro de ti. Tu ano se abre más, no cabe duda que el gran tamaño de mi verga estira tu piel y abre tu culo con suavidad para dejarme verlo, rosadito y apretadito.

Al tener todo mi pene dentro de ti, lo dejo ahí y te acaricio tus nalgas y tu culo, masajeándolo, meto mi pulgar dentro de tu ano y comienzo a jugar dentro de él, en círculos, estirándolo un poquito. Siento como tu vagina y tu ano comienzan a contraerse y tu espalda otra vez comienza a arquearse, y tus gemidos mas y mas recios, y yo sigo jugando con tu ano y poco a poco, muy calmado con pequeños movimientos de mi cadera meto y saco me pene apenas uno milímetros, pero tu eres tan pequeña y apretada por dentro que un milímetro de movimiento de mi verga te hace estallar en otro gigantesco orgasmo, siento en mis piernas como tu chorro me moja a lo cual yo respondo con una nalgada y a sacar mi pene y meterlo otra vez entero. Tu orgasmo se convirtió en una retahíla de 3 orgasmos consecutivos mientras yo desencadenaba una ronda de arremetidas contra tu apretada vagina, hasta que ya no pudiste mas y entraste en éxtasis y transe otra vez. Podía sentir literalmente como tu vagina se contraía y me apretaba mi miembro.

Saque mi pene y estaba dispuesto a acabar con esto. Tu ano pulsaba hermosamente muy abierto por el masaje de mis dedos. Introduje mi glande en tu culo y deslicé milímetro a milímetro mi verga hasta la mitad, tu seguías gimiendo y jadeando por el orgasmo anterior, aun en trance temblando y balbuceándome: "acaba conmigo", "dame más". Lentamente tu culo se tragó mi verga pulsando de éxtasis, y comencé a meterla y sacar a un ritmo constante, pero el verte así de caliente me llevo a comenzar a sentir a inminente sensación de correrme y al pasar varios minutos metiéndote mi verga en tu culo estalle y el chorro de mi semen te llego hasta tus entrañas disparando varias veces una enorme cantidad de leche y los dos gritamos al unísono en un orgasmo sin precedentes. Saqué mi verga de tu ano, y mi leche escurría por toda tu vagina convergiendo en tu clítoris donde un pequeño chorrito de semen caía hermosamente, iluminado por el farol de mi V10. Fin.


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed