Cita inquietante: parte I

1º Parte.

Era la hora en la que ella llegaba habitualmente a casa , y al abrir la puerta se dio cuenta de que había un sobre que sin pretenderlo casi estaba pisando, era un sobre amarillo , como había llegado hasta allí?, Pensó que sin duda alguien debió colarlo por debajo de la puerta en su ausencia, dejo el bolso , se quitó la chaqueta y con el sobre en la mano se apresuró a abrirlo. Estaba extrañada, pero también un poco nerviosa lo mejor era abrirlo de una vez, cuando termino de leerlo le temblaban las manos mucho mas que cuando empezó, era una invitación a cenar de un hombre misterioso, por la letra intuyo que era una persona culta , no daba crédito a lo que estaban leyendo sus ojos, le pedía el lugar donde debía acudir y la hora exacta, le pedía que llevara un vestido negro , el pelo suelto y que no llevara bragas, ¿sin bragas?... pensó quien podía pedirle algo así, casi se le cayo la carta de las manos temblorosas y pensó que lo mejor era volverla a leer pero con la seguridad de que lo mejor era que aquella maldita carta terminara en la basura.

Marchó a trabajar por la tarde, todavía quedaban varias horas para pensar si aceptar o no, ¿pero estaba loca? como podía ella pensar en aceptar. Mientras estaba en la oficina, aquella larga tarde no dejó de pensar en quien podía haberle mandado una carta así, tenia mil ideas imaginado quien podía ser, pero enseguida desechaba considerando imposible que nadie de su entorno mas cercano pudiera ser aquel hombre misterioso, tenia curiosidad y mucha, la idea de aceptar vivir esa experiencia le venia a su mente una y otra vez, pensar en ello le excitaba.

Después de pasar aquella tarde dándole mil y una vueltas a aquella proposición y muerta de miedo pensando que verdaderamente podía ser un desequilibrado, decidió darse el capricho y averiguarlo, no tenia nada que perder, ¿o si? millones de dudas pero si salía todo bien podía ser una experiencia única.

Llegó a casa, se metió en la ducha, se lavó el pelo para dejárselo al viento como el quería, se maquilló de una manera sencilla pero que resaltara toda su belleza y corrió a abrir su armario buscando un vestido negro. Tenía uno que hacía años que no se ponía, siempre pensó que era demasiado ajustado y provocativo, pero era el momento de buscarlo porque la ocasión lo merecía.

Cuando ya estaba completamente vestida y maquillada, se puso sus zapatos de tacón y se miro al espejo, guauu! hacia años que no se veía tan sexy, ¿o era todo producto de su imaginación? pero no le dio tiempo a pensarlo, se acercaba la hora y debía salir a la calle a coger un taxi que le llevara a la dirección que aquella carta le indicaba.

Relatos .2º parte (continuará...)