Para le depresión visite InfoTrabajo /Parte 2

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La mañana transcurrió sin pena ni gloria, una familia picó el anzuelo y este le hizo el contrato, pero al no tener uno de los papeles quedaba en pos de confirmar con la empresa. Conté 4 horas de andar bajo un sol de justicia para que sólo te dieran con la puerta en las narices. Menos mal que esta gente para a comer.

Una panadería sirvió para que todo el grupo se reuniera y comentara la jugada. En resumen entre tres comerciales con experiencia se habían hecho dos contratos y uno de ellos era dudoso. Pero mantenían la sonrisa y nos animaban a que formáramos parte del equipo, para ello no dudaron en contar diferentes batallitas y cómo el que más vendía en la jornada tocaba una campana en la oficina y tenía que exponer su método a los demás.

-    ¿Cómo? Pregunté

Entre los tres me explicaron que era un método muy utilizado en Estados Unidos. Todas las jornadas al llegar a la oficina se reúnen en un cuarto y comentan la jugada entre ellos, es como una especie de método para que todos aprendan las técnicas de todos. No obstante, se pone un tope de ventas y el que lo supere al llegar a la oficina toca una campaña de metal y realiza una exposición a los demás de todas sus ventas y los métodos que ha utilizado

-    Madre mía, vosotros estáis zumbados. Dije sonriendo.

-    Verás el día que la toques tú, es una pasada.

-    Estoy deseando tocar. Dije mientras atacaba mi trozo de pizza recalentada.

Ni un café nos dejaron tomar estos pequeños dictadores, a las 15:30 de la tarde comenzó la segunda parte de esta jornada en la que ya ni me molestaba en apuntar al detalle los pisos que visitábamos. Le dije a mi tutor que ya había aprendido y que veía una gilipollez apuntar lo mismo dos veces. Durante las primeras horas de la tarde pude hacer buenas migas con este exmilitar, un tipo de estatura media y nervudo, siempre con una sonrisa en la boca pero con una parte oscura que no me daba muy buena espina.

El tío era de Asturias y se declaraba anarquista radical, eso sí, había sido Legionario y es para él lo mejor del mundo. Tras enseñarme un par de trucos evidentes en plan: cuando vayas a un piso di siempre que su vecino ha comprado lo que vendes, es muy importante jugar con la envidia de la gente; también me enseño a mantener una gestualidad adecuada y a utilizar palabras y tonos especialmente estudiados para captar a la clientela.

Pero ahí no quedó la cosa, gracias a la confianza que tomó conmigo conseguí que me confesara que lo que hacíamos era un verdadero timo, que en realidad era una oferta ventajosa en el primer mes pero variable en los siguientes al cambiar el precio de lo que se paga por el Kilowatio. Y me lo dijo después de colocarle dos contratos variables a una mujer con su hijo en paro.

-    Madre mía chaval ¿cómo puedes hacer esto todos los días si sabes que es un puto timo? Le dije indignado

-    Tengo que comer y si no lo hago yo lo hace otra persona. Ven que te invito a un Aquarius y damos por finalizada la jornada.

Las siete de la tarde, llevamos dando tumbos desde esta mañana y sólo hemos parado a comer un pequeño tentempié. Que yo haya podido calcular mi tutor se ha gastado 10 euros en comer, 2 euros en los Aquarius y alrededor de 4 euros en el paquete de tabaco. A esto le sumamos que ha hecho tres contratos dudosos, que tiene pinta de que ninguno confirmará a tres euros de comisión cada uno, podemos apreciar que este hombre se ha tirado todo el día trabajando y pierde dinero. Gran trabajo este que me quieren agenciar.

Ya en el coche camino de la oficina puede ver como Dani está encantado con el que será su nuevo trabajo. Intento no mostrar mi descontento,  pero seguro que lo han notado al vuelo y más después de la última batallita de este día tan simpático: Según uno de ellos, tuvieron que despedir a un comercial porque consiguió engañar a una abuela en una panadería y le ?encasquetó? tres contratos de telefonía fija y dos de Internet por un precio total de 900 euros al mes. Ese no es nuestro estilo, dijo el conductor de forma solemne. Me dieron unas ganas de hostiarle ahí mismo?

Las ocho de la noche y llegamos tan contentos a la oficina, mientras nuestros tutores se iban al rollo de la campana, los demás nos quedamos en la sala de espera rellenando un formulario en el que teníamos que informar de todo lo aprendido durante este precioso día de primavera. Ni me molesté en rellenarlo, puso cuatro garabatos y lo entregué esperando a que me invitaran a irme; no era mi día de suerte.

-    El director le quiere ver. Me informa la señorita embarazada.

-    ¿Por?

-    No sé, usted pase a su despacho.

Por fin, ahí estaba el gran gurú de las ventas, el hombre que sabe realizar la cuadratura del círculo económico, el Rey Midas de los comerciales, ahí estaba el Jefazo.

-    Señor Lianiaski, no entiendo su letra.
   
-    Normal

-    ¿Podría leer lo que pone?

Cojo el formulario y le digo:

-    No hace falta que lo lea, no quiero el trabajo.

-    ¿Cómo dice usted?

-    Que no quiero el trabajo.

-    Usted era uno de los mejor posicionados para ser jefe de equipo.

-    No me interesa. A no ser que usted me contrate y me ponga un sueldo fijo.

-    El sueldo fijo está en contra de nuestra política. El trabajador se desmotiva cuando no tiene objetivos que cumplir.

-    ¿Y el contrato?

-    Eso son minucias administrativas.

-    Muy bien. Le digo mientras me levanto.

-    Le deseo suerte en la vida, aunque con esa actitud no creo que consiga llegar a ningún sitio. Me dice con un gesto despectivo.

-    No se preocupe, si yo no quiero ir a ningún lado. Mi interés por la vida es comer, dormir y follar, para todo lo demás contrata al gilipollas de turno que te pague las putas. Buenas noches y buena suerte. Le digo mientras doy un portazo.

A los dos días abro la puerta de mi casa y me encuentra a Dani vestido de traje y corbata dispuesto a colocarme uno de esos contratos de las eléctricas. Se sorprende al verme en pijama y me dice:

-    Coño Lianiaski, ¿Dónde te metiste el día de la entrevista final?

-    Se murió mi canario y cogí depresión, desde que me mandaron el mensaje a las siete de la tarde no pude centrarme y el jefe me dijo que lo sentía pero que no había pasado la prueba.

-    Lástima porque la empresa es la hostia, funciona que te cagas.

-    Me alegro por ti.

-    Ayer toqué la campana con cinco ventas. Me dice mientras se aleja.

Madre mía, 15 pavos por más de 10 horas de trabajo. Este tío es gilipollas.


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