Recordándo para no olvidarte (2ª Parte)

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Aún sigo soñoliento, tras recordar esa primera vez mi polla está pidiendo salir, me bajo los calzoncillos y del glande semidescubierto aparece una gota de líquido preseminal que lubrica lo suficiente para que quede por completo al descubierto casi sin tocarlo, acaricio mis huevos que con solo rozarles se estimulan, sigo pensando e intento recordar la segunda vez que nos encontramos. Había pasado casi un año, casi un año que me pasé luchando contra mi subconsciente porque sabía que lo que hacíamos no estaba bien, ni por ti ni por mi ni por nuestras parejas, pero te deseaba tanto que la espera se me había hecho eterna, porque después de esa primera vez, en el fondo de mi sabía que si tu querías habría más veces, tantas como tu quisieras.

Todo empezó muy parecido a la primera vez, las mismas manos temblorosas intentando desnudarte, las mismas visiones de tu cuerpo desnudo, que quedaron para siempre en mi mente. Esa vez llevaste tu toda la iniciativa,lo siguiente es otra imagen que ha quedado grabada y puedo recordar como si fuese ayer, estaba tumbado sobre la cama y tu de rodillas junto a mi, recorrías mi polla y mis huevos con tu lengua, yo acariciaba tu coño que había quedado perfectamente expuesto ante mis ojos, primero empecé a recorrerlo con mi dedo índice, como si quisiera dibujarlo, conocer cada curvatura que lo representaba, para grabarlo en mi memoria. Te pedí que pasarás tu pierna por encima mía para poder así alcanzarlo con mi lengua, deseaba saborearlo mientras tu me dabas placer con la tuya. No quería correrme aun e intentaba apartar de mi mente lo que estabas haciendo con tu lengua, intentaba concentrarme en tu sexo, en chupar tu clítoris, apretarlo con la lengua, aprisionarlo entre mis labios mientras lo lamia todo lo rápido que podía. Pero no conseguí por mucho tiempo mantener la concentración y tuve que parar y escurrirme de entre tus piernas para alejar mi polla de tu boca y no correrme aun, quería alargar aquella vez lo máximo posible y tu pareciste darte cuenta y buscaste y preparaste el preservativo, la pausa justa para que la temperatura de mi polla bajase un poco y poder empezar de nuevo, te subiste encima mía y empezaste a cabalgarme, ya te dije que ese día llevaste tu toda la iniciativa. Me cogiste de las manos, me las pusiste tras los hombros y me las apretabas cada vez más fuerte mientras mientras incrementabas el ritmo, ante mis ojos solo veía tus pechos rebotar, intentaba soltarme de tus manos para poder acariciarlos pero no me dejabas e incrementabas el ritmo, estaba a punto de estallar cuando te desplomaste sobre mi, cogiste mi mano que aun sujetabas tras mis hombros para que tapara tu boca y los vecinos no escucharan tus gemidos a la vez yo me vaciaba dentro de ti. Solo recuerdo que me quedé exhausto, casi inconsciente por unos segundos, tu en cambio no no debiste necesitar de esa pausa porque la siguiente imagen que tengo de ti es quitándome el preservativo y chupando mi polla de nuevo para mantener la erección, me pusiste otro preservativo y volvimos a hacer el amor de nuevo, esta vez más lento, saboreando el momento después de haber vaciado toda la tensión.

Los recuerdos de esta vez me han excitado tanto que estoy a punto de correrme, busco en los cajones de la mesita y no hay papel, así que paro y prefiero terminar en el baño, me meto en la ducha y abro el grifo.


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