"Aquieta la mente, silencia el cuerpo

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La ida del sol me lleva, pero queda en la noche aún sin dormir la compañía vetusta de las sombras indiferentes. Y todo aquello de mí que no ha emprendido la marcha hacia el oeste bajo la égida que alumbra el sendero se desdice y reniega y recala, mientras el abandono es rotundo.

Toda naturalidad se extingue detenida en una mueca en bucle que malogra la oportunidad de empezar algo otra vez. No darse por vencido resulta contraproducente, cada hora tuerce una esquina más del laberinto, la luna, un osario, ordena: `Morded el alba, hijas mías, y que el sol no se alce sino sorprendido en el dolor´.

La noche es una retirada confusa, cada cosa permanece intacta pero se hace intercambiable, aunque puedas reconocerlas, no son las mismas, ocultan un pasado que se hace ahora evidente, amparan un secreto, uno difícil de explicar que guardan olvidando la extensión de sus cuerpos.

Todas las cosas sueñan tarde o temprano, en la incipiente noche o en la madrugada tardía, porque tienen que olvidarse de sí para despertar y ser recordadas por la salvaguardia de la luz.

 

;soñar es olvidar el origen de la materia: El Tiempo."


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