Aquella noche

Por
Enviado el , clasificado en Terror / miedo
1590 visitas

Marcar como relato favorito

          Recuerdo cuando era pequeña, me gustaba visitar la casa de la vecina de al lado de mi casa, en esa casa me sentía a gusto pues en ellas vivían mis mejores amigos y la abuela de ellos, una Señora de avanzada edad pero con una vitalidad envidiable.
          Le cuento esto porque mi historia tiene que ver mucho con ella, pues siempre en las tardes a eso de la 5pm y 6pm, nos sentábamos en la acera de su casa casi todo los chicos de la cuadra, para ese entonces no estaban las redes sociales, ni los Games boy, ni los PSP, ni nada parecido; solo jugábamos a las escondidas, a la ere, trompo, metras y cualquier otro juego que requería jugar en grupo. En fin teníamos mas contacto social que en la actualidad, pero lo que mas me gustaba en esa época era los cuentos de fantasma, encantos, aparecidos, de tesoros escondidos que siempre la abuelita de mis amigos con contaba en horas de la tardes. Este no se trata de uno de sus cuentos sino mas bien de la reacción que no provocó esa noche una de sus historias, me acuerdo que luego del relato, mi mama empezó a llamarme para cenar y por supuesto me apure a llegar para que no repitiera el llamado pues sino me esperaba una zurra por hacerla gritar, luego me dirigía a mi habitación a dormir, pero claro que no dormía, pues la ventana de mi habitación daba al el patio de mis amigos- que por cierto no le he dicho que eran dos hermanos- por esa ventana me sentaba a seguir con la platica en relación al cuento de esa noche y a sacar nuestras propias conclusiones.
         Lo cierto era que esa noche ya eran pasadas las once y aun estábamos mis amigos y yo, platicando y pasándola bien cuando de repente sentimos un ruido y nos asustamos, en ese momento escuchamos una voz que nos decía – Vayasen a dormir en este instante- susto, pero era mi mama que nos sorprendió. Le pedí 5 minutos más y ella accedió para que nos despidiéramos. Pero no seguimos hablando y riéndonos por habernos asustados.
        Al rato escuchamos otro ruido y como la noche estaba en un profundo silencio cualquier ruido era estruendoso para nosotros he hicimos caso omiso del mismo, pero el ruido se hacia mas fuerte y nos parecía que se acercaba, para ese momento ya no reíamos pero nos intrigaba , seguimos hablando y de repente un pájaro enorme se paro en la canal de agua de lluvia de mi casa. Mis amigos y yo quedamos petrificados por lo grande de aquella ave de plumaje negro, realmente era enorme, la mirábamos y ella nos miraba con eso grandes ojos amarillos. Quería cerrar mi ventana pero pensaba que mis amigos seguirían afuera y eso no me dejaba cerrarla, les susurre que corrieran hacia la puerta trasera y no se movían, realmente estaban muy asustados. Como no se movían les grite- corran- pero el ave levanto el vuelo directo hacia ellos y solo atine a cerrar la ventana y escuche el grito de terror de mis amigos y me puse a llorar pensando lo peor. Mis papas se levantaron de su cama con el alboroto y los gritos, yo lloraba sin poder decir palabra alguna solo señalaba la ventana, mama se apresuro a abrirla pero ya mis amigos no estaban ni el ave tampoco.
`      Me regañaron por tal escándalo y no pude dormir, tenia miedo de estar sola pero mas me angustiaba saber de mis amigos, si ese pájaro le había hecho algo, total que luego que mis padres salieron de mi habitación volví a abrir la ventana y llame a mis amigos sin tener ninguna respuesta.
       Esa noche la pase en vela hasta que el sueño me venció. Me desperté muy temprano y sin siquiera ir al baño primero me dirigí a casa de mis amigos y los encontré a los dos en el comedor que alegría sentí al verlos ahí y que estaban bien.
       Les pregunte que había pasado luego de cerrar la ventana y me dijeron que la abuela los había salvado de aquel pájaro pues en el momento que se dirigía a ellos la abuela salio al paso con un puñado de sal y el ave desapareció, según ella, era una bruja que todas las noches se posaba a escucharnos y por mala suerte nos dimos cuenta que ella estaba ahí y no ataco. Desde ese entonces no nos hemos reunido de noche ni he vuelto abrir la ventana a tan altas horas.
       Actualmente nos reímos al recordar aquella noche.


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed