Amor a primera vista

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Tengo mucha mala suerte. ¿Por qué? Soy torturador. De los mejores. Mi gobierno se fía de mí plenamente. Pero llevo una racha negativa muy larga. Torturo a conciencia, pero los cabrones no cantan. Torturo, y cuando termino la sesión, vomito, follo, vomito, como algo, follo, vomito, no duermo, y tomo pastillas que me ponen a mil y convietren en piedra el estómago.

Árabes, cristianos, judíos, enanos, niños, santos, políticos, inocentes, muchos inocentes. Por mis manos pasan todos los hijos de puta que hay en el mundo. Una débil sospecha y caigo sobre ellos. 

Llego bien vestido, con buen olor, educado. Saludo, me saludan. Dejo el material a mi lado. Todos me conocen. No me miran a los ojos. Un chupatintas me informa.

Hablo inglés, francés, español, ruso, chino, hebreo, árabe y turco.

La que hay en el habitáculo es una mujer preciosa. Está desnuda. Treinta y tantos años. Inteligencia la cataloga como extremadamente peligrosa. Ha puesto bombas en un montón de sitios y no suelta prenda. Se declara antisemita. Es francesa. Sonrío.

El general quiere, ¿quiere?, exige resultados en un par de horas.

Entro. Me presento. Voy colocando el material. Soy muy ordenado. Le pido a los dos soldados que se vayan a tomar por culo. Cierran la puerta. Le pregunto por su familia, por sus hijos, por su marido. Le que digo que es guapísima. ¿Puedo?

Le mete tres dedos en el coño. 

Nos miramos. 

Me escupe.

.............................

Siete horas y medias más tarde intentan salvarla. Pero va a ser que no. He hecho un trabajo concienzudo. Ha dicho lo que queríamos. Incluso los lugares donde están las otras bombas. Pero se está desangrando por el coño y por la boca. 

Reza.

El general me da las gracias. 

Han sido rápidos y todas las bombas han quedado caput. 

......................

Regreso a casa y termino de ver la carrera de fórmula uno en Gran Bretaña. 

Suena el teléfono.

Ha muerto.

Estaba muerta cuando entré a hacer mi trabajo.

Pero hemos ganado.

Ah, vale, ya me quedo más tranquilo.

Y cuelgo.

Ni pizca de sueño.


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