Un amor de otro mundo

Lucia y yo davamos un paseo alado del lago por la noche. De pronto una luz nos cegó, y cuando paró se nos apareció un pequeño extraterrestre, con cara triangular y ojos grandes. A los cinco segundos vino la nave y se lo llevó. Lucia quedo conmocionada. Unos meses después de casi no vernos, me dijo que estaba estudiando para ser austronauta, que pensaba visitar otros planetas y que me dejaba. Porque al ver al extraterrestre  habia sentido  amor incondicional, y que era reciproco.