Caricia de Luna

Por
Enviado el , clasificado en Varios / otros
995 visitas

Marcar como relato favorito

Uno de los tantos dias rutinarios sumaba una pagina mas en el interminable libro de mi vida. En esta ocasion, llegaba del trabajo del mediodia a casa mas desanimado que en otras oportunidades. La escazes de atencion se hizo demasiado notorio por la mañana.
La persona que trabajaba los domingos hizo sus tareas por la mitad por cuarta vez consecutiva. Lo llamativo es que nadie la controlaba
en su horario laboral de domingo.
Antes de volver a casa y esperar que mi mujer viniera de buscar a nuestras hijas de los colegios, me quedé esperando que alguien me contestara. Al no tener respuesta despues de varios intentos, agarré el telefono para llamar a mi mujer.
Pero pensé que era mejor que lo hablara personalmente, a la vez, me pregunté: "y ella que me va a decir"
Si bien cada uno tiene sus problemas, el mio parecía el mas insignificante. Esto me pasaba con alguna persona que encontraba y se lo comentaba.
Al pensar mas profundamente, comprendí que ese problema no se lo podia considerar urgente o grave. En un instante en la mitad de camino, empecé a deprimirme un poco a cada paso. El resto del camino de vuelta a casa lo transité con el pesimismo como mochila.
Llego a casa y veo que estaba todo en orden. Parecia que mi mujer habia salido temprano, arregló algunas cosas antes de ir al colegio.
Enciendo la computadora para ver las redes sociales en el poco tiempo que tenia la casa sola.
Mi gata Luna se acerca, se frota la cabeza en mis tobillos, señal de que me pedia comida.
"Tenes un monton de comida ahi" - le digo y le señalo el montoncito de colores que se veia del alimento balanceado. Ella seguia frotandose sobre mis tobillos. Me levanto de la silla, me dirigo a ver si tenia agua o si habia que cambiar las piedras sanitarias, estaba todo en orden.
Suena mi celular indicando que tenia un mensaje del trabajo, confirmando que pedian caprichos en vez de ordenes. Mi temperamento empezaba a no entender el mensaje y dejar el telefono sobre el escritorio.
Luna vuelve a frotarme los tobillos con su cabeza y parte del lomo. Me recuesto sobre el respaldo para pensar que es lo que iba a realizar por la tarde. Mientras pensaba en que iba a hacer.
"No me quieren aumentar y encima me aumentan el alquiler. Estoy solo, nadie me da un consejo. O aunque sea un abrazo para animarme a seguir. De que sirve trabajar todo el dia y que te aumenten el alquiler en un estornudo"
Luna me ve con los ojos redondos y salta a mi regazo. Le digo "Que querés Luna!?". Ella se acomoda y agarra mi brazo izquierdo. Pensé en un momento en que me iba a morder como rara vez suele hacerlo. Busca mi mano izquierda, le da tres lamidos con su lengua
raspoza y la abraza con su cara como mi hija abraza a una muñeca de peluche cuando duerme.
No sé si me habrá entendido lo que pensé, si fue casualidad o que. Lo que sé es que me dió una caricia que ningun ser humano me
hubiese dado. Y el motivo de pensar en que al final de tanto pensar en lo rutinario, no me da a disfrutar los pequeños momentos que te
da la vida, aunque sea una gata.


¿Te ha gustado?. Compártelo en las redes sociales

Denunciar relato

Comentarios

COMENTAR

(No se hará publico)
Seguridad:
Indica el resultado correcto

Por favor, se respetuoso con tus comentarios, no insultes ni agravies.

Buscador

ElevoPress - Servicio de mantenimiento WordPress Zapatos para bebés, niños y niñas con grandes descuentos

Síguenos en:

Facebook Twitter RSS feed