Una historia de amor XII

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La mañana siguiente me desperté feliz. Parecía que incluso el día compartiera mi alegría pues el sol brillaba como no lo había hecho en mucho tiempo y las nubes habían despejado el cielo que lucía un azul perfecto. Decidí quedarme en la cama un rato y recordar los eventos de la noche pasada... el brillo de sus ojos que me miraban, su cabello medio despeinado que lo hacía lucir tan bien. Me pasé toda la mañana pensando si debía escribirle o llamarle, pero decidí que esperaría a que el me hablara. Pasé toda la mañana y parte de la tarde ansiosa y revisando constantemente mi teléfono. Decidí tomar un baño y así relajarme, pensar en otra cosa y tratar de no dejar que el dominara mis pensamientos. Al salir vi que había recibido un mensaje.
-Te gustaría salir a dar una vuelta conmigo?
Como es que podía decir que no, me había pasado todo el día esperando este momento
-Seguro - le respondí
-En una hora paso a recogerte
Puntual como habíamos quedado, pasó a recogerme a la hora
Cuando bajé estaba apoyado en la pared de la entrada y al verme sonrió, abrió la boca como si fuera a decir algo pero pareció cambiar de opinión y me dio un pequeño beso y acomodó un mechón de cabello detrás de mi oreja. -Quiero mostrarte algo- me dijo, luego me tomó de la mano y caminamos. El sol había empezado a descender y la luz del atardecer hacía que todo se viera hermoso y calmado, empecé a preguntarme si estaba bien que dejara entrar en mi vida a este chico del que prácticamente no sabía nada y aparecía de repente y me sorprendía, me hacía esperar, y me confundía, nada de lo que hacía era lo que yo esperaba. Se detuvo y me miró fijamente como adivinando mis pensamientos.
-No tengas miedo

Me tomó de la mano y seguimos caminando. Empecé a pensar si el temor que me causaba su actitud misteriosa era causado solo por él o por el miedo que tenía a sufrir de nuevo. "El que no arriesga nada nunca gana nada".. pensé y centré mi atención en el... En verdad era atractivo, era alto y tenía un aire serio que lo hacía aún mas llamativo. Trataba de mirarlo disimuladamente para que no se diera cuenta cuando de repente me dijo:
-Creo que te va a gustar el lugar adonde vamos, desde que te conocí cada vez que vengo me acuerdo de ti.
Mi corazón, mi mente, y mis ojos sonrieron efusivamente, lo miré y le sonreí, me apretó la mano levemente y caminamos por medio de un camino de arboles. Después de unos minutos llegamos a lo que parecía un lugar escondido en medio del parque. Había una pequeña laguna en el medio y alrededor unas sillas en medio de flores, a lo lejos se veían las calles, pero el lugar inspiraba tranquilidad, en verdad era hermoso. El me había soltado mientras yo admiraba el paisaje y me di cuenta que me miraba atento esperando mi reacción.
-Me gusta mucho, no se como no sabia de este lugar.
Me sonrió y se acercó adonde yo estaba parada, cerca a la laguna, y nos sentamos en una de las bancas que estaban alrededor.
Me puse nerviosa al ver que me miraba de frente y me sonreía.
Me preguntó sobre mis sueños, mis amigos, mis planes y, como pude le conté sobre mis amigos, y lo que disfrutaba hacer, que me encantaba la playa, y que entre mis sueños estaba ver las estrellas en el desierto del Sahara algún día.
-Y tu?... Que es lo que mas te gusta? Con que sueñas? Le pregunté interesada en saber mas de el.
Se había puesto serio, acarició mi mejilla tiernamente y sentí que todo se paralizaba y que había dejado de respirar.
-Contigo... Susurró


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