La que es hermosa

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Ella sin duda es diferente, diferente de todas las almas que tuve el placer de contemplar, ella tiene un nombre particular, “Casandra” derivado del griego que significa “la que es hermosa”, y le hace honor a su nombre. Con su cabello largo claro como el de media tarde, hace honores a todo lo que va con ella, a su naturaleza vehemente, a sus expresiones corporales, su intensidad al manifestar sus deseos, su ternura, su adoración por los colores, su interior que refleja un arcoíris lleno de optimismo.

Lo que la hace singular a todas, es esa mirada que consigue todo de mi, esa mirada que conmueve lo mas frio en mi interior, ella que con esa mirada derriba inseguridades, enternece mi ser con su dulzura, ella que sabe ser pareja y amiga, y no solo eso, ella que sabe ser consejera y psicóloga.

Aunque sus arrebatos son implacables ella es muy sabia, tanto que a pesar de que le supero en años, sabe más que cualquier otra mujer que haya conocido de su edad.

Su rectitud ante la lealtad la hace una persona avasalladora e imponente, justa y de pensamientos independientes, cautivadora, impredecible, insuperable, mujer, mi mujer. Sus cualidades me despiertan.

Y como no dedicar estos minutos a hacerle una oda a aquella mujer que enciende mi euforia con solo rozar mi piel, ella que hace que suspire de forma única, ella que hace que cada momento sea inolvidable.

Ella y su risa que desvanece mis tristezas, ella hace que broten de mi lagrimas de alegría, cuando me dice que me ama, cuando escarba en lo mas obscuro de mis recuerdos y me hace preguntas, resuelve mis traumas, tiene ese talento especial para hacerme entender cuando estoy equivocada, cuando mi egoísmo quiere sumergirme en reflexiones, ella y su corrección me hacen convencerme de que no me equivoque al tomar la decisión de querer compartir mi vida a su lado.

Persisten en mi memoria a cada segundo, las ganas de tenerla conmigo, es tortuoso para mi tener que compartirla con el resto del mundo, y es que yo no me cansaría de amanecer con ella cada día, para verme irradiada en su piel blanca y cálida, sin embargo, no es solo eso, es que necesito de sus caricias, de sus besos que solo ella sabe darme, ¿Cómo llegue a este punto de desearla tanto?.

Creo que me faltan palabras para describir la maravilla que persuade a esta mujer y su inmensa inteligencia, esa conexión intelectual que tiene conmigo, y como no desear su fuego si siento que dentro de mi, mis emociones avivan sus energías de donde no las hay, si siento que su perfume es mi éxtasis y que todo en ella hasta su tono de voz es perfecto para cada ocasión.

Continuara…

 


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