Me dejas cogerme a tu esposa?

La azafata nos ofreció una bebida recién instalados en los asientos de primera clase, mi esposa, tres años menor que yo recién cumplía los veintinueve, este no era un viaje normal, pocos días antes, había descubierto mi relación con mi secretaria. Sorprendentemente no parecía tan molesta como yo esperaba. Este viaje ya estaba planeado con anterioridad, y no lo canceló como yo esperaba. Sólo hizo un comentario, me voy a portar mal, ¿eh?,

Mi esposa es de estatura mediana, rubia, de cuerpo bien cuidado, al sentarse, su diminuta falda dejaba ver buena parte de sus piernas a los pasajeros que pasaban a clase turista. Al pasar uno de ellos, mi esposa dejó caer una revista, el pasajero se apresuró a levantarla, atención que de inmediato agradeció mi esposa, con una generosa sonrisa.

Al llegar a nuestro destino, el calor de playa se hizo sentir agradablemente, tomamos un microbús hasta el hotel, junto con otras dos personas, una de ellas era el pasajero que había recogido la revista, con su bella y joven esposa. Hicimos los comentarios de costumbre y nos instalamos en el hotel.

Fuimos al restaurante, la música ambiental era agradable, y como coincidencia, estaba la pareja cenando en la mesa junto a la que nos habían asignado. Pocos minutos después mi esposa los había invitado a nuestra mesa, con particular familiaridad.

La plática surgió natural y agradable, llegando pronto a temas picantes, yo notaba que Blanca, mi esposa, tocaba frecuentemente a nuestro nuevo amigo, apenas comentaba algo. Su esposa no parecía molestarse. Después de una botella de vino y una agradable cena, mi esposa mencionó que le gustaría bailar, mencionando que a mi no me gustaba, la esposa de nuestro amigo de inmediato mencionó, a mi tampoco me gusta, ¿por qué no bailan ustedes?, Blanca, sin pensarlo, y sin mirarme siquiera, se levantó y tomó de la mano a Adrián, caminaron unos pasos y bailaron tranquilamente. Sus cuerpos estaban totalmente pegados, y sus caras a pocos centímetros, La esposa me miraba de reojo, encendiendo un cigarrillo. Veíamos como bailaban, los dos vimos claramente como se besaban en la mejilla traviesamente. Me dijo distraída, ¿no te molesta que besen a tu esposa?, es mayor, ya sabe lo que hace, respondí, a ti no te molesta ver a tu esposo bailar así?, no, no me molesta, me dijo tomándome la mano.

Acabó la canción y regresaron a la mesa, hablando alegremente, la conversación siguió como si nada hubiera pasado.

Después de pocos minutos, Blanca los invitó a nuestra villa, ordenó al mesero una botella de vino espumoso para la habitación.

Tomamos el carro de playa que nos llevó a nuestra villa. Hubo un cambio, Blanca se sentó junto a Adrían, y se fueron todo el camino tomados de la mano.

Llegamos, la botella ya estaba abierta, nos sentamos a un lado de la chimenea, y brindamos, por nosotros, dijo Blanca, mirando a Adrián. Luego de acabarnos rápidamente la botella, mi esposa sugirió  que cada quién pidiera un deseo, rápidamente la esposa de Adrián dijo, a mi me gustaría que Blanca bailara con mi esposo desnudo, la reacción de mi esposa no me sorprendió, dijo el desnudo ¿y yo? tu vestida mi amor. Se oye muy interesante, puedo pedir mi deseo?, claro le dijeron, yo callé, me gustaría, después de bailar, hacerle un oral a tu marido. Hummm, suena bien, dijeron casi al mismo tiempo, y que luego me penetre, apenas quitándome lo necesario.

Yo estaba excitado, disfrutaba ver a mi esposa caliente, me dejas que me coja a tu esposa? me dijo Adríán, asentí con un movimiento tímido.

La tomó de la mano y empezaron a balancearse. Blanca lo rodeó inmediatamente con sus brazos, pegando su cuerpo al de Adrían, frotándolo suavemente. Cuando finalmente se besaron en la boca, mi esposa me volteó a ver, con mirada lasciva, disfrutándolo, Yo estaba caliente también, la esposa de Adrián me empezó a acariciar. Continuará.