Enamorada del íntimo amigo de mi marido (Capítulo I I )

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   El pasado mes, contaba a los lectores, el amor que sentía por Fernando y cómo un día deprimida y desesperada fui a su casa buscando consuelo y no pude evitar declararle mi amor. No tuve mucha fortuna y no me tomó en serio, me rechazó por su lealtad  a  Nico, así se llama mi esposo.

   Durante este tiempo ha dejado de frecuentar nuestra casa como venía haciéndolo.  He seguido acosándole con llamadas y mensajes, pero sin resultado alguno.  No contesta los mensajes y cuando logro que coja el teléfono,  responde a mis declaraciones de amor que estoy loca y que no le comprometa.

    El pasado viernes nos invitó a cenar para celebrar su cumpleaños. Me vestí  provocativa, no quería perder la ocasión de mostrarme sexi para él. Minifalda y blusa con botones  delanteros, desabrochada lo necesario para mostrar mis pechos al menor movimiento. El sujetador se quedó en casa, mis tetas firmes y bien moldeadas no lo precisan.

   Estuve bastante callada durante la cena, aunque mi mirada ensimismada con Fernando me delataba.  Ellos  bromeaban y hacían chistes tontos que les hacía reir sin parar ante mi ausencia y silencio.  "Estás muy calladita,  ¿te pasa algo? "Para nada, contesté, sólo dejo os divirtais con vuestras cosas sin entrometerme". Durante la cena pillé a Fernando en varias ocasiones oteando mis tetas, que se veían generosas con cualquier movimiento que hacía, la mayor de la veces intencionado.

    Terminada la cena Nico planteó ir a un pub a tomar una copa.  Tomamos más de una y yo me acercaba a Fernando para  escucharnos mejor  por el ruido de la música.  Era una buena excusa para acercar mi cara a la suya y pudiera oler mi perfume, sintiera mi cercanía, mi aliento, se pusiera cachondo.  Trataba de rozar mi pecho en su  brazo en todo momento y coqueteaba de forma descarada.

   Había que seguir con la celebración del cumpleaños y decidimos acercarnos a una discoteca a la que acudimos en ocasiones cuando salimos de noche.  Bailamos los tres, me movía de forma sexi e insinuante sin preocuparme de que alguno de mis pechos, según la posición, se mostrara completamete desnudo. Disimuladamente había desabrochado un botón más. Mi mini con el baile había subido lo suficiente para mostrar  casi al completo mis piernas bien torneadas y llamativas que estaban siendo protagonista entre los mas cercanos.

    Mi marido, que no es muy bailón, se cansó pronto y se fue a tomar algo dejándonos solos, al tiempo que sonaba una música mas tranquila. Me eché en brazos de Fernando, sin darle opción, colocando mis brazos en sus hombros a la vez que acariciaba su nuca con mi mano. Me apretaba a él juntando mi cara a la suya. Notaba su respiración y  como su bulto crecía mientras movía cadenciosamente mi culo frotándome en él. Fernando parecía impertérrito, pero sabía disfrutaba como yo aunque fingiera aparentar ser caballero y digno. Intenté varias veces besarle en la boca,  pero ladeaba la cara haciendo inútiles mis esfuerzos. En una de esas lo cacé y metí mi lengua,  nos morreamos un buen rato y sus manos fueron a mi culo que apretó contra su bulto haciéndome estremecer.  Deseé con todas mis fuerzas que me hubiese penetrado en ese momento. Se separó repentinamente. " A ver si te aguantas la calentura, esto no está bien".  Me arrastró de la mano hasta donde estaba mi marido.  Nico hizo bromas con su amigo: "No te quejarás de como te trata Ingrid, te ha hecho un buen regalito de cumpleaños".  Fernando no contestó, estaba violento.

   Se había hecho tarde y salimos para casa. Fernando prefirió ir andando, no estaba lejos su casa.  Nosotros tomamos un taxi. Nico puso su mano en mi muslo y no tuvo que subir mucho para encontrarse con el flujo que, a lo largo de la noche, se había deslizado un buen trecho escurriendo por mi entrepierna.  Siguiendo la humedad se encontró con mi tanga ladeado por mis movimientos durante el baile, de forma que un costado se había instalado en la rajita, lo que me ocasionaba  mayor excitación.  Palpó el tanga encharcado con la yema de los dedos y no pudo evitar un comentario: "Joder nena cómo vas de caliente, sí que te magreaste bien con Fernando". " Sí amor, no pude evitarlo, fue algo insconsciente y además voy algo pedo", le contesté.

    Cuando llegamos a casa fuimos directamenete a la cama. Entré al baño a desmaquillarme, cepillarme los dientes y hacer pis. No me lavé la vulva  de forma intencionada, la quería mantener bien mojada. Nico estaba tumbado desnudo, me puse encima de él, le besé y bajé lamiendo su cuerpo centímetro a centímetro.  Quería sexo, sofocar el volcán que había prendido Fernando, bajé hasta sus tetillas lamiéndolas y mordisqueando sus pezones hasta hacerle daño, recorrí su vientre y llegué a su polla. Me puse a lamer sus huevos  y agarrándola de la base  fuí subiendo por su tronco recorriéndolo con la punta de la lengua, oprimí  su capullo con mis labios, lamiendo la humedad que salía de su agujerito y la metí entera en mi boca.  Imaginaba era la verga de Fernando y la disfrutaba con regodeo, pausadamente, mirándole a los ojos poniéndole carita de puta. La tenía  completamente dentro y entraba y salía,  colgando saliva  mojando sus huevos,  mientras seguía mirándole de forma lasciva.  Estaba a punto de correrse y me volteó para ponerme encima de él. Colocó el capullo entre mis labios vaginales abiertos de par en par, esperando con ansia una verga que saciara a la hembra mas caliente que había en el mundo en ese momento.

    Me la clavó con fuerza hasta lo mas íntimo y me embestía casi violentamente. ¿"Te gustaría que esta polla fuera la de Fernando"?. SÍÍÍÍÍÍÍÍÍÍ, contestaba. Eso le animaba a darme mas fuerte, enrabietado por los celos. "Ví como le morreabas. ¿Tanto te gusta?". "Mucho, me volvió loca y mas sintiendo su enorme bulto frotar mi sexo. Ya ves como estoy de  caliente". "Tomaaaaaa, a ver si esto te gusta mas y te relajas, no sabía que mi mujercita fuera tan zorra".  No tardamos mucho en venirnos.  Nos corrimos compenetrados sintiendo a la vez el orgasmo del otro. Caímos rendidos uno junto al otro y me deslicé para lamerle la polla inundada de líquidos,  se la  lamía como una perrita mientras él me acariciaba el cabello.

    Estábamos en silencio cuando de repente preguntó: "¿ De verdad te apetece follar con Fernando?".   "SÍ contesté, piensa que fuiste tú quien introdujo a tu amigo en nuestra relación hace dos años cuando enviudó y  lo admití por ser tu amigo y necesitarnos en aquel momento. Desde entonces hemos pasado mucho tiempo juntos y compartido viajes, comidas, tristezas, alegrías, ...... Sabes nos profesamos  mucho cariño y es un hombre tierno, cariñoso, sensible, .... se hace de querer y yo le quiero, a eso le añades  que es atractivo y entenderás que para mí sería natural compartir con él lo único que no le hemos ofrecido, sexo. Se quedó pensativo y no tardamos en dormirnos.

 

CONTINUARÁ,...........     No se como acabará esto,  se admiten sugerencias. Gracias por vuestra colaboración. 

 

 

 


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