el regalo de maria ultima parte reeditado

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, sentándose en el suelo y agarrándola del culo abrió la boca lo máximo que pudo, quedando todo el coño dentro de ella y con la lengua lamio el clítoris con violencia, provocando que la chica no tardase en correrse dentro de su boca, a pesar de que la chica se hubiera corrido el siguió lamiéndola el coño, recorría con su lengua cada milímetro de él, sin dejar rincón que explorar con su lengua.

  Mientras tanto en el bar la escena había cambiado y se habían formado grupos de tres, María y Luisa estaban sentadas en una mesa con una cerveza cada una, hablando entre ellas en voz baja, José y Antonio seguían en la barra a escasos metros de ellas, un hombre estaba tumbado en el suelo mientras una mujer cabalgaba encima de el, a la vez que chupaba el pene a otro hombre mientras que este la agarraba de la cabeza, un hombre estaba dando por culo a otro mientras que a este le estaba comiendo la polla una mujer y Luis estaba sentado en una silla hablando tranquilamente con la mujer con la que follo, mientras otra mujer jugaba con los testículos de Luis metiéndoselos en la boca y lamiéndolos, agarrando su polla con fuerza.

Algo traman estas dos. Miedo me dan. (comentan Antonio a Jose) Lo raro seria que no tramasen algo. (respondido Jose)

En ese momento salió la pareja de la habitación, rápidamente con una sonrisa pícara dijo jose:

Hoy nos toca a nosotros, estas no se salen con la suya. Ya ve que no conoces a Luisa. (contesto Antonio) Conozco a María, voy a meter a María en la habitación cuando salga te daré unas muñequeras, mete a Luisa se las ponen y la sujetas a unas cadenas, cuando esté sujeta me avisas, ¿ok? (dijo José con tono autoritario) Lo intentare, pero no te extrañe que terminemos nosotros encadenados. (respondido Antonio)

 

   Jose se dirigió la mesa donde estaban sentadas las dos mujeres, pidió por favor a María que le acompañara con tono humilde, agarrándola de la mano la metió en la habitación, Antonio se sentó con Luisa, intento disimula acariciándola y besándola, ella agarro el pene del hombre diciendo:

Me apetece algo distinto hoy. Lo que quieras mi vida. (respondió el) ¿Qué quieres hacerme, te dejo elegir a ti? (dijo Luisa con tono burlón) Ya no te creo cielo, siempre dices lo mismo y luego decides tu lo que quieres hacer.

   En ese momento salió Jose de la habitación, mirando a Antonio le enseño con disimulo las muñequeras y las dejo en una mesa al lado de la puerta que daba con la habitación, Antonio  sonrió, cogió la mano de Luisa y la metió en la habitación, recogiendo las muñequeras con disimulo para que ella no se percatara.

   - Luisa ten cuidado que estos dos han tramado algo, desengánchame de las cadenas. (Dijo María)

  - no creo que sean capaces de pensar por ellos solos, no exageres, (dijo acercándose a ella y acariciando su cintura mientras mordía ligeramente sus pezones)

   Antonio vio la forma de engañar a Luisa, se aprovecharía de su ego, acercándose a ella puso su boca en su oreja y susurro:

A sido idea de María, quiere darte una sorpresa pero no digas que te lo he dicho yo, no le estropees la ilusión.

    Antonio puso las muñequeras a luisa mientras ella mordía los pezones de María, levanto los brazos de la mujer separándolas y la engancho a unas cadenas, quedando una en frente de la otra a muy poca distancia, y dándola un azote fuerte en la nalga salió de la habitación.

Joder nunca me había pegado tan fuerte, (dijo Luisa) ¿Pero qué has hecho? , ¿cómo te has dejado encadenar? (dijo Maria enfurecida) No disimules, me ha dicho Antonio que es idea tuya. (contesto luisa) ¡Estúpida!, José me engaño y cuando me tenía encadenada de mido una bofetada y me dijo que nadie se reía de el, y estaba enfadado. (dijo María) Júrame que no es idea tuya, hijos de putas. (dijo Luisa)

   Las mujeres intentaron desengancharse sin  éxito de las cadenas, no tenían miedo por lo que fuera a pasar, sabían que esos dos hombres las amaban respectivamente, se podía decir que estaban frustradas y enojadas por no tener ellas el dominio de la situación.

   No tardaron en entrar los dos hombres de nuevo, José traía las bragas de las mujeres en la mano, las abrigo a meterse las bragas receptivamente en la boca a las mujeres, Antonio puso un trozo de cinta americana en las bocas de las chicas para que no pudieran expulsarlas. Luisa dio un rodillazo a su pareja en sus partes haciendo que este se cayera al suelo.

Joder, que puta eres, dios. (grito Antonio mientras que se levantaba y daba una bofetada a Luisa)

 

 José coloco la mesa que aún se encontraba en la habitación  entre las dos chicas, entre los dos pusieron primero a María de rodillas en la mesa y después a Luisa, quedando estas de rodillas una en frente de otra, Antonio salió de la habitación y José se quitó el cinturón enseñándoselo a las chicas, Antonio entro con varias servilletas de tela y tapo los ojos de las chicas.

  José azoto fuerte el suelo con el cinturón, las dos mujeres se estremecieron al oír el azote,  tanto José y Antonio se acercaron al oído de su pareja susurrando si querían ser la próxima en recibir otro azote, las dos negaron con la cabeza. Retiraron las servilletas que tapaban los ojos de las mujeres y Jose dio otro azote con el cinturón al suelo, las mujeres se volvieron a estremecer, se miraron la una a la otra y simultáneamente miraron a la vez donde estaban los dos hombres riéndose. 

  Quitaron la cinta americana y sacaron las bragas de las bocas de las mujeres, desengancharon una mano de cada chica y poniéndolas las manos juntas engancharon los mosquetones de las muñequeras, realizaron la misma operación con las otras manos quedando las mujeres unidas por las muñequeras y con sus cuerpos apoyados.

  Jose empezó a acariciar a Luisa y Antonio a María, realizando una coreografía idéntica, acariciaron el coño de las mujeres e introduciendo el dedo gordo en el culo de ellas a la vez, provocando un gemido idéntico en las dos, simultáneamente agarraron las cabezas de las mujeres obligándolas a besarse, empezaron a masturbarlas con violencia  introduciendo dos dedos al principio y sacándolos rápidamente para introducirlos de nuevo con cierta brusquedad, los coños se empezaron a humedecer y dilatar lo cual fue aprovechado por los hombres para meter otro dedo más sin bajar la intensidad de los movimientos, la primera en correrse fue Luisa, María tardo un poco más y su corrida fue precedida por varios pedos vaginales, los hombres no se detuvieron en ningún momento aunque las chicas se hubieran corrido, las chicas emitieron  un fuerte  gemido a la vez cuando la mano de José y Antonio  entraron enteras en los coños de las mujeres.

  Y así continuo aquel día de reyes , experimentaron lo que era que ellos tuvieran el control de la situación, aquellos fue nuevo y placentero  para ellas pero  nunca confesaron.


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