El reencuentro con mi tía Teresa III (1/2)

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Pasaron casi 3 años desde nuestro último encuentro, y también han pasado varias cosas ya, mi tía y yo nos hemos casado y tenemos hijos (pero ella seguía conservando su buen cuerpo), sin embargo eso no ha borrado el amor que tenemos en común y aunque nos hemos visto en algunas ocasiones no ha sido como quisiéramos, solo reuniones familiares. Pero después de tanto tiempo, un día nos llamamos por teléfono, fue algo especial, charlamos de las cosas que han pasado en estos últimos años, pero como era de esperarse, llegamos al punto de recordar todos nuestros encuentros anteriores y lo bien que la habíamos pasado, por lo que decidimos volver a vernos a solas para recordar lo que ya hemos hecho antes. Fue difícil establecer una fecha, porque ahora nuestra situación es distinta, pero lo logramos.

El día de nuestra cita fue algo muy especial, como es de suponer fue en un hotel, yo me encargaba de buscarlo, así que busque uno con temáticas muy sexis. En él había un jacuzzi y un tubo de poledance. Así que para nuestro encuentro fue perfecto.

Nuestras ganas eran tantas que inmediatamente al cerrar la puerta del cuarto nos fundimos en un apasionado beso, y sin dejar de besarnos la tome por la cintura y la lleve hasta la cama y nos dejamos caer, ella sobre mí, y comenzamos con las caricias, yo la abrace por la espalda y sintiendo los tirante de su brazziere sobre blusa comencé a recorrerla toda hasta llegar a acariciar su nalguitas, ella llevaba una minifalda de mezclilla, por lo que mis caricias eran para sus nalguitas y también rozaba sus hermosas piernas, ella metio su mano entre nosotros y comenzó a masajear mi pene por encima del pantalón, estuvimos así por 10 o 15 minutos.

De repente ella me susurro al oído y me dijo “voy al baño te he traído una sorpresa”, por instinto y aun inmerso en el juego de caricias le pregunte que de que se trataba, me respondió que la última vez que nos habíamos visto ella me prometió que solo sería mi puta y que al principio le pareció algo raro pero que después de pensarlo le gustaba la idea de serlo y no cualquiera, sino mi tía puta.

Me dio un beso de piquito en la boca y se levantó para ir al baño, pero cuando se dio media vuelta yo la tome por la cintura y la jale hacia mi haciendo que su culito rozara con mi pene, ella comenzó a moverse de una forma muy sensual y eso me excitaba mientras acariciaba sus hermosas tetas, las cuales estaban bajo una blusa de satín color dorado con botones muy entallada, y aunque Teresa no tiene unas grandes tetas son medianas y paraditas muy exquisitas, el botón de su blusa parecía que reventaría en cualquier momento; después de acariciarla comencé a desabotonarle su blusa y comencé a acariciarle sus chichitas sobre el brazziere blanco, que excitación sentí en ese momento, así que comencé a besarle su cuello y sus hombros, ella también comenzaba a soltar unos pequeños gemidos de placer, pero acordándose de su cometido se volteó y me dijo: Espera Mi Amor, que ya no puedo esperar a darte tu sorpresa y dándome un beso tomo su bolso y se fue al baño. Yo fui tras ella para espiarla pero cerró por dentro la puerta.

Yo aproveche para ponerme cómodo y preparar todos los accesorios que había comprado para esa noche, tome un poco de viagra, que aunque no tengo problemas, me gusta tener ese plus. Pasaron unos 30 minutos y mi desesperación comenzaba al no verla salir, así que le tocaba la puerta para preguntar si todo bien, ella solo me decía desde adentro: Si bebe, espera un poco más ya verás que no te vas a arrepentir. Cuando ella por fin salió del baño, solo pude pensar en que en verdad había valido la pena ella se veía espectacular y me dijo: Aquí está tu putita, tómame y hazme tuya. Salio vestida con una minifalda negra de cuero muy pequeña que hasta se le podía ver su tanga transparente la cual era de color morado, un corset muy entallado que hacia juego con la tanga y además tenía encajes donde se transparentaba sus hermosos pezones. Llevaba unas medias de red y unas zapatillas moradas con un tacón muy alto. Se había planchado el cabello (tomando en cuenta que su cabello natural era quebrado, este era muy notorio) y se había puesto unas extensiones rosas. Y se había maquillado más de lo normal, sin caer en la vulgaridad. En verdad parecía una prostituta de elite.

Me acerque hacia ella y tomándola de la cintura la comencé a besar y le susurre, claro que te voy a ser mía, eres y vas a seguir siendo mi puta. Yo acariciaba todo su cuerpo, sentía como sus pezones están duros, su coño comenzaba a mojarse y ella comenzaba a gemir. Le dije hazme un striptease, ella se fue hacia el tubo y comenzó a bailar de una forma muy sensual, parecía profesional era una diosa. Despues de un grato baile candente termino a gatas y en esa posición se fue acercando hacia donde yo estaba sentado y cuando llego comenzó a acariciar mi bulto con una mano, y con la otra se tocaba su vagina y se metía sus dedos para posteriormente chupárselos enfrente de mí.

 


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