Horas extras

El plan era el siguiente: Tenía que ir a un hotel del centro para reunirme con un cliente importante y convencerle para que firmara. Usando todas las armas que pueda.

Llegué al hotel y subí hasta la planta, me pare ante la habitación, me coloque bien la falda y me solté un botón de la camisa. Respiré hondo y toque la puerta.

toc toc

Cuando se abrió ante mi apareció una mujer de unos 50 años en albornoz. Ups perdón, le dije, buscaba al señor Díaz.

-Tu eres la secretaría de Jorge? Pregunto.

-Si. Respondí.

-Pasa, yo soy la señora Díaz.

Entré en la habitación y me senté en la cama. Ella sonriendo me dijo: Cuantos años tienes? Pareces muy joven.

-18 respondí. Pero tiene que haber un error. Vengo buscando al señor Diaz.

-No hay error. Soy yo la persona a la que tienes que convencer. Me dijo.

Abrió su albornoz y lo dejo caer al suelo. Se quedo desnuda y me pregunto: Nunca has estado con una mujer?

Yo dije que no con la cabeza mientras admiraba su cuerpo. Debía rondar los 50 y era espectacular. Sus pechos serían de una talla 105 y en su entrepierna un pequeño bosque de pelo negro asomaba.

Ella se acercó a mi y se sentó sobre mi tumbándome hacia atrás. Mientras su lengua buscaba dentro de mi boca me desabrocho la camisa y me quito el sujetador. Mordisqueó mis pezones mientras su mano bajaba mi falda.

Una vez desnuda se colocó entre mis piernas y comenzó a comerse mi tesorito.

-Estás muy mojada. Me dijo.

Sus dedos me apretaban los pezones mientras su lengua escarbaba en mi. Hasta que me corrí gritando como una posesa.

Ella me hizo tumbarme en la cama y se colocó encima de mí. De espalda y con su vagina sobre mi boca.

-Cómetelo. Vamos. Me dijo.

Yo metí mi lengua en su raja y comencé a lamer y chupar lo mejor que pude. Era la primera vez que me comía un chocho.

Cuando se corrió me empapó toda la cara y al levantarse y dirigirse al baño me miró y me dijo:

-Lo has hecho muy bien. Seguiremos en contacto. Dile a tu jefe que firmaré. Y ahora vístete y vete-