Sueño erótico 2° parte.

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Antes del amanecer, cuando la luz del lucero casi sustituye la luna. Cuando ya el sueño te había consumido en una paz profunda, sientes un suave tacto sobre tu pelo. Algunas lágrimas aun quedan atrapadas en tu mejilla.
Son sus manos. Notas su presencia, su olor y el tam-tam de su corazón como se aceleraba acariciando tu piel. Te retira el cabello dejando libre tu cuello hasta la nuca. Te besa suavemente y te sabe a gloria.
¿Es un sueño, lo es?- te preguntas.
Hay un espejo en la puerta lateral del armario que ahora miras. Tímida y casi asustada, ves su silueta sobre ti. Sus brazos, su espalda y ese culito que te vuelve loca. Te cubre y te abraza, tú estas boca abajo y tu cabeza inclinada hacia el espejo. Él, encima y detrás. No quieres moverte. No quieres que se rompa la magia. Tanto tiempo has soñado con este momento.
Quieres dejar que ocurra, él sigue besando tus espaldas y tu placer aumenta. Baja llegando a tu cintura, sus labios no se despegan. Tienes tus piernas cruzadas. Tus pechos se endurecen y jadeando en silencio, callas.
El besa suave tu culo, baja por las nalgas y con sus labios se abre paso y tú ayudas entregándote adormilada. Abre más tu cuerpo sin dejar de besar en su camino. Tú le das tus secretos, deseando que sean suyos. Tu sexo está muy húmedo, su presencia y sus besos lo desatan.
Esperas impaciente sus labios, que de nuevo que nuevo te besa y baja hacia tu clítoris, sigiloso y con medida. Te da mucho placer, lo necesitabas. Sabe donde parar con sus labios, con su lengua. No deja de acariciar y te vuelve tan loca como una loba.
Sabe darte placer, tu coñito se deshace bajo su boca, se lo das, te elevas y el disfruta notando como te quedas. Sabe disfrutar con suavidad y sin prisa y tus ojos se van ya desvariando. Estas a punto de tener el ansiado orgasmo, el te lo nota. Ya has dejado hace un rato de ser la chica correcta, dócil y educada. Ya lo deseas salvajemente, lo quieres para ti sola, siempre. Sentirlo en su plenitud y sentir todo su calor dentro de ti. Él lo sabe y sabe muy bien cuando es el momento. Cuando ya casi tu estas desesperada, se eleva sobre tu cuerpo sin dejar de besarte..notas toda su piel, te vuelves más loca. Ahora sabes que su miembro ha rozando tu cuerpo y encontrará ese lugar donde ansiosa lo esperas.
Escuchas ya de cerca su fuerte respiración, su excitación. Su miembro entre tus piernas es grande y duro, caliente como lo estas tu. Jugoso. Tanto habías soñado con este momento.
Te entra poco a poco, intenso y ocupando cada rincón de tu deseo. Suave como el mismo, busca tu boca desesperado y tú la suya. El entra en ti y tú sientes morir de placer. El sabe que el placer esta en todo tu cuerpo, acaricie donde acaricie.
Un orgasmo largo y prolongado se inicia y casi pierdes el conocimiento, llegas a tu clímax cuando te susurra:“te deseoooo”. Y el placer dura tanto tiempo que parece no acabar. Nunca jamás lo habías sentido así y aún su miembro esta en ti. Profundo, allí donde solo él podía llegar derramando su vida en tu interior. Notas su cuerpo que se eleva tenso de placer y tú aun sigues como ida, por el placer que tu también le das.
Queda vencido sobre tu piel, su corazón y el tuyo quieren salir de los pechos…él, aun sigue dentro de ti sin querer abandonar tu morada. Y tú entre sollozos de felicidad le dices:

“Quédate siempre en mi, te necesito para sentirme así de amada” …………


Ya amaneció. Los cánticos de los pájaros te resuenan como una dulce melodía. El sol baña tu cuerpo recostado y desnudo sobre la alborotada cama. Te sientes muy feliz, bella y enamorada. Te quedas un rato observando el paisaje verde de las montañas, miras hacia el otro lado de la cama…y sonríes. Estás sola pero hacía mucho tiempo que en una noche, fuiste tan dulcemente acompañada.
Escuchas y sientes que los demás invitados se están marchando. Se extrañaran que tú no lo estés como siempre. Hoy quieres ser la última y no la primera. No la mujer tiste que duerme sola, entre sus pensamientos de mujer no amada. Hoy no, te quedas echada en la cama recordando lo que pasó…sin buscar más o menos la realidad del momento. Te niegas a desmembrar lo que fue con tu eterna lógica. Ahora quieres soñar y sentir sus caricias y su boca junto a la tuya. Ser por una vez quien transgrede las normas y deja salir el animal del deseo como de madrugada lo hiciste. Y te gusto. Hoy estas diferente.
Te levantas sin prisas y sin cubrirte nada, no te importa si él entra ya no te importa nada. Vas al aseo contiguo y te duchas con la ventana abierta, sintiendo la fresca brisa de la mañana que también acaricia tu cuerpo...pues aun sigue sensible. Peinas tu pelo. Hoy más suave que otros días, más luminoso…igual que tú cara. Te vistes y de manera diferente, con pantalón ligero blanco y camisa roja encarnada, ajustada y exquisitamente bordada. Te maquillas un poco, lo justo pues hoy no te hace falta. Y al salir besas ese espejo…dejando con carmín una bella silueta marcada. Coges tu bolso y ya bajas a vestíbulo. Él está ahí, esperándote. Te ve bajar y esta guapísimo. Su pelo negro, su mirada limpia, una cara de asombro…por verte como bajas. Hoy te ve muy diferente, sus gestos le delatan. Baja para él su diosa envuelta en nubes blancas. Te sonríe y te abraza. Tú te despides y un beso en su mejilla das. Y al oído le susurras una frase que nunca olvidará:

Gracias mi vida, ha sido un placer soñar en esta casa.


Fin


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