La Plaza desde mi ventana

Desde la habitación del hospital puedo contemplar la calle, a mis ojos, la plaza se me aparece como una especie de maqueta de plaza animada día y noche.

Es una plaza luminosa, todo en ella en equilibrio, bancos, farolas, columpios, fuente, incluso parterres y árboles están colocados simétricamente,  en una armonía perfecta. Se diría que lo artificial y lo natural se funden formando un conjunto homogéneo, demasiado perfecto.

La plaza estática toma vida y se vamimetizandocon sus habitantesmutantes, y va cambiando con ellos, a lo largo del día y la noche.

A primera hora coge velocidad, la gente de los perros se entrecruza con transeúntes apresurados al trabajo, pero según va avanzando la mañana se va tranquilizando con personas de más edad que disfrutan de la plaza, sentadas apaciblemente en los bancos.

En la tarde la plaza explosiona, se llena de risas infantiles y meriendas, más acumuladas en la zona de columpios.

Llega la noche y la plaza se sosiega, vuelven los perros correteando por todas partes mientras sus amos se reunen en pequeños grupos de tertulia, jóvenes en grupo ocupan algún banco portando sus bolsas de plástico, y alguna pareja llega buscando intimidad.

Pero los habitantes perpetuos de la plaza son los sin techo, ellos permanecen allí todo el día, arrastrando con ellos sus escasas pertenencias, como caracoles que perdieron su rumbo, uno más privilegiado tiene un carro de la compra, donde cuelga un sin fin de útiles,  los otros se conforman con un simplecarrito, a su modo se ayudan, se agrupan también.

Ellos tienen su espacio respetado en la plaza, en la zona de bancos, pero son asimétricos a los ojos de los demás, en la plaza perfecta.