Una excursión al templo de los chamanes.

Llegamos por la noche a un pueblito perdido en las montañas. Nos indicaron el camino hasta un templo en forma circular.

Adentro ya nos estaban esperando, nos saludamos amablemente. "Vamos a comenzar con la ceremonía dijeron".

Nos dieron a beber una bebida de aspecto denso y de sabor amargo, al mismo tiempo empezaron los canticos alegres con tambores.

Recuestense en esas colchonetas y relajénse nos pidieron. Eso hicimos.

Al rato mil imágenes comenzaron a poblar mi mente, primero pude ver la historia de todas las civilizaciones precolombinas, sus batallas, sus extinciones, todo como una película. Después pude verme a mí misma, en otras vidas. No me gustaron muchas cosas que vi. Quería detener el ritual, pero no estaba conciente para pedirlo. Las imágenes pasaban con gran velocidad y se superponían. 

En un momento sentí literalmente que se me desgarraban las fibras del corazón y ahí sí pude pedir al chamán que por favor se detuviera, ya había sido suficiente para mí.

Pasamos la noche en ese mismo templo, yo quise escaparme  pero estaba oscuro y tanteando las paredes nunca encontré la puerta. Mi compañera dormía placidamente con un sueño pesado, no se despertó en ningún momento.